Si hay una característica que define a las grandes ciudades y a sus sistemas de transporte público es la integración de los mismos. Basta con llegar al aeropuerto de Madrid para encontrar la señalización de la línea de Metro correspondiente que nos dirige al centro de la ciudad. Esto proporciona una gran comodidad a los pasajeros y, en cierta forma, segrega a los que directamente se dirigen a visitar la ciudad de los que van hacia la periferia. Curiosamente en Málaga, uno de los lugares donde sería más fácil de integrar este servicio, ni está ni se le espera, como tantas otras cosas que dependen de más de una administración.

El actual ferrocarril de la Costa del Sol, con su recorrido desde la estación del AVE hasta Fuengirola, permanece infrautilizado debido a los cuellos de botella de su trazado, donde a veces tiene doble vía y otras veces no. Pero mientras estas obras se van pensando, el doble ancho de vía ya es una realidad entre Málaga y su Aeropuerto. Si tenemos en cuenta que la frecuencia mínima de los trenes es de media hora, su uso no se hace atractivo. Sin embargo, si incorporamos en esos intervalos uno o dos trenes de Metro usando las mismas vías, se posibilitaría un servicio alternativo con frecuencia de 10 a 15 minutos como máximo. Y sin realizar ninguna inversión en infraestructuras.

Evidentemente esta solución multiplicaría el número de usuarios de Metro en nuestra ciudad, al integrar una nueva línea muy interesante para los ciudadanos. Por otra parte dinamizaría, aun más si cabe, la estación central del AVE como lugar de intercambio entre las diferentes líneas de Metro, autobuses intermunicipales y Puerto de Málaga, consolidando su capacidad como gran centro intermodal que es.

Pero probablemente el hecho de que el ferrocarril entre Málaga y Fuengirola sea gestionado por el Estado central mientras que el Metro lo haga la Junta de Andalucía, provoque la eterna controversia entre administraciones. Evidentemente el número de visitantes que al llegar nos preguntan sobre que ente gestiona cada medio de transporte debe ser uno o ninguno, a lo sumo. Por ello sería interesante que estas soluciones donde cada uno deba aportar un poco, unos la vía y otros los trenes, se pudieran abordar. Así se podrían cumplir, al unísono, los principios del matemático René Descartes: "Dos cosas contribuyen a avanzar: ir más deprisa que los otros o ir por el buen camino".