Pulpo, animal de compañía

Por eso una casa se llama casa y un hombre, hombre. Al menos hasta el proyecto de Ley Trans

Recuerdo que cuando estudiaba comenzaba los trabajos en grupo sacando el diccionario de la RAE. Una palabra significa lo que significa, y si quieres que nos entiendan, tenemos que emplearlas conforme a su significado. Por eso una casa se llama casa y un hombre, hombre. Al menos hasta el proyecto de Ley Trans.

La ley contiene 19 veces la palabra mujer, ergo existe un ente distinto de los otros que se diferencia del hombre por su sexo morfológico. Circunstancia que recoge el DNI y el Registro Civil, y sirve a la policía para distinguir si eres niño o niña cuando tus padres te ponen por nombre Azul, aunque puedes cambiarlo si acomodas tus características físicas al sexo reclamado. Luego el sexo del Registro es, hasta ahora, una cuestión morfológica. Para ahorrarnos discusiones, el artículo 3 de la ley define un conjunto de términos y concreta la "identidad sexual" como la "vivencia interna e individual del sexo tal y como cada persona la siente y autodefine", con independencia "de la asignada al nacer". Que, dicho de este modo, parece ser la consecuencia de un sorteo del Ministerio de Sanidad. Mujer no se define, por lo que debe seguir siendo la misma cuestión de genitales que hasta ahora. No lo digo yo, sino el artículo 41 de la Ley, que avisa que, si un hombre cambia su sexo en el Registro, no puede beneficiarse de las acciones de discriminación positivas a favor de las mujeres en lo que respecta a situaciones jurídicas anteriores al cambio. Lo que es lógico porque lo único que el proyecto requiere para el cambio es que se manifieste que internamente se siente mujer y podría dar lugar a todo tipo de paradojas y abusos. Pero que en el fondo reconoce en el varón una condición sexual de la que no puede hacer apostasía. A la inversa no hay referencias en la ley.

En consecuencia, sospecho que lo que se le ha olvidado al proyecto de ley es cambiar el contenido de los datos del Registro, que ya no sería el sexo (morfológico), sino la "identidad sexual" tal y como la define se define en él. Y que, como vivencia interna, y desde el más absoluto respeto, creo que no interesa para nada en un registro y se podría suprimir. Aunque conlleve algún que otro problemilla para la aplicación las medidas de discriminación positiva de género en función del sexo morfológico de los administrados. Porque el problema no es aceptar pulpo como animal de compañía, sino no saber cuántas patas tiene.

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