La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

La justicia de Yupi

No se sabe si el detenido como presunto autor del brutal asesinato de dos jóvenes en el pantano de Susqueda es culpable. Los Mossos han dicho que no tienen "ni una sola duda de su autoría" y el juez lo ha enviado a prisión. Lo que sí se conocía es "su perfil criminal", como ayer leía en La Vanguardia: "Asesinó a sangre fría a su ex mujer en 1997, le disparó de forma sorpresiva por la espalda y la remató descerrajándole un último disparo a bocajarro. Fue un ataque de ira, un comportamiento que se reprodujo en algunas ocasiones durante los 12años que pasó ingresado en prisión". Fiscalía y acusación particular pidieron 20 y 25 años de prisión. ¿Les parece poco por un asesinato tras una trayectoria de malos tratos? Pues ni eso. La defensa pidió una pena de siete años aduciendo alienación mental. Al final fue condenado sólo a 15 años, el mínimo por asesinato, de los que cumplió 12. Esto es España, el mundo de Yupi penal.

Según la sentencia "los jurados valoraron la prueba pericial psiquiátrica, que puso de relieve que el acusado padecía un trastorno ansioso-depresivo desde hacía unos años por el que se hallaba en tratamiento psiquiátrico". Por eso los 25 años solicitados se convirtieron en 15 y al final en 12. Salió de la cárcel, "rehízo" su vida dedicándose al tráfico de drogas y se casó otra vez. Toma rehabilitación y reinserción, principios constitucionales excelentes en la mayor parte de los casos; pero no cuando se trata de un asesinato precedido de malos tratos, premeditado y con ensañamiento. 12 años vale la vida de una mujer en España. Y a la calle. No sólo la condena debió ser más severa y proporcional al irreparable daño causado, sino que -de confirmarse que se trata del asesino de los jóvenes de Susqueda- se dejó a un tipo de acusado perfil criminal y/o a un desequilibrado diagnosticado en libertad, no valorando como peligroso el trastorno psiquiátrico que en cambio sí se valoró como eximente.

Sea o no el asesino de los jóvenes de Susqueda lo que su detención ha revelado, una vez más, es que en España matar sale penalmente barato. Y encima todos menos el PP quieren cargarse la prisión permanente revisable. En el fondo les envidio. Debe ser estupendo vivir en el mejor de los mundos posibles. Aunque sea a costa de ignorar las víctimas, las altas probabilidades de reincidencia y el desequilibrio o la maldad que desprecia brutalmente las vidas de los otros.

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