Tribuna

José Antonio Merat León

Preparados, listos… ¡Europa!

A estas alturas, no descubro nada si digo que algunos países utilizan a los migrantes para hacer la guerra híbrida contra Europa

Preparados, listos… ¡Europa!

Preparados, listos… ¡Europa! / rosell

A mediados de marzo, la ministra Margarita Robles avisó de que la sociedad española no es consciente de que la posibilidad de que Europa entre en guerra con Rusia no es una hipótesis sino una realidad. Aquellas palabras levantaron pocas reacciones. Alguno incluso la tildó de alarmista.

En la prensa europea, las palabras de Robles hubieran caído como una obviedad. Europa, por distintas razones, está en el punto de mira de las grandes potencias internacionales. Advertir que la Unión debe prepararse para un futuro poco alentador no es una chaladura en muchos países del Viejo Continente.

¿La guerra con Rusia es cuestión de días? No. ¿Estamos muy lejos? No me atrevería a descartarlo. La geopolítica internacional se ha llenado de exabruptos, ataques azarosos y tensiones llevadas al límite.

A finales de enero, un medio especializado en Inteligencia destapó que una eurodiputada letona llevaba años trabajando para el Kremlin desde Bruselas. En Letonia entonaron el puñetero “¡te lo dije!” después de denunciar que las injerencias rusas en su nación son crecientes. Varios países de Europa del Este están pidiendo ser visitados por las autoridades europeas que son escépticas con que, algún día, Putin decida invadir algún país de la Unión Europea. Recordemos que el dictador ruso, semanas antes de atacar Ucrania, aseguró a Estados Unidos que no había nada por lo que preocuparse. El resto es historia.

La Unión Europea pidió a Taylor Swift que recomendara el voto en las elecciones europeas de junio. En mis modestísimas posibilidades, voy a colaborar con la causa repasando los retos que afronta Europa.

En Alemania, los socialistas se están poniendo serios con lo de redoblar esfuerzos en Defensa. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, creará una comisaría de Defensa si repite en el cargo –lo hará–. Desde que las posibilidades de ver a Trump otra vez en la Casa Blanca son más reales, y en vista del nulo cariño que el ex presidente le tiene a la OTAN, los países europeos temen que EEUU. dé un paso al lado en la Alianza Atlántica y deje más desprotegido al continente.

Eche mano del tensiómetro, porque esto no acaba aquí. Trump ya desató una guerra comercial contra Europa que, entre otras cosas, debilitó sobremanera a la aceituna de mesa española. ¿Creéis que no volverá con las mismas intenciones?

Desgraciadamente, también es posible que las guerras comerciales se pongan de moda. Europa afronta la dificultad de frenar en seco que potencias como China se hagan con infraestructuras estratégicas en la Unión. Por ejemplo, que el gigante asiático no pueda comprar gran energética por si, como posible propietaria, decidiera mermar los intereses de Europa desde dentro. Y si Europa quiere impedirlo es porque ya se está intentando. ¿Cómo responderá China?

Por otro lado, los agricultores. Buena parte de las manifestaciones vistas por toda Europa vienen provocadas porque, mientras los cultivos europeos están sujetos a requisitos medioambientales, sociales y laborales que encarecen la producción, los que se importan desde fuera de la Unión no lo están siempre. Y deberían estarlo. Y no se controla lo suficiente. Y se importan más baratos. Y los cultivos europeos se arruinan por competencia desleal y cierran. Y si hay una crisis, no sé, sanitaria o bélica, nuestro menú no puede depender de las importaciones.

Los acuerdos bilaterales de la UE versan sobre muchas materias. Lo que a mí me interesa firmar porque me va a permitir vender más coches o medicamentos, a mi vecino le puede perjudicar porque va a tener cientos de competidores más que, como él, venden tomates –y mucho más baratos–. A la vez, todo el mundo quiere moverse, curarse y comer. A grandes familias, grandes problemas. Las circunstancias e intereses de los países del sur no son los mismos que los del norte; los del este y el oeste. Pero hay que afrontar estos retos unidos.

Por último, las migraciones. A estas alturas, no descubro nada si digo que algunos países utilizan a los migrantes para hacer la guerra híbrida contra Europa. La Unión debe saber responder en bloque a este reto, que es creciente y humanitario.

Y, con todo, seguir reforzando el Estado de bienestar, el modo de vida europeo y los necesarios avances sociales. No creo que sea incompatible llevarlo todo a cabo. Discúlpenme si he abarcado mucho y apretado poco en esta tribuna. O si se ha quedado con ganas de saber más en algún párrafo. Espero haberle transmitido la importancia de lo que nos estamos jugando, ese es mi objetivo.

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