El tercer mandato

Su principal reto, al margen de la recuperación de las alcaldías de la costa, es la sucesión de De la Torre

Estoy seguro de que Elías Bendodo lleva semanas de máximo disfrute con el congreso que ayer le proclamó, con más de un 99% de votos, presidente provincial del PP de Málaga para un tercer mandato. Con los asuntos del partido siempre se ha sentido muy cómodo. Hasta ahora evitaba las polémicas y hay quienes incluso le reprochaban un cierto estilo Rajoy ante los problemas. A sus 42 años empieza a no importarle tomar decisiones, aunque deje heridos en la cuneta, como todo los dirigentes políticos. Por ejemplo con al ascenso a vicepresidenta de Margarita del Cid, que a la postre significa prescindir de ella para controlar la formación. Los continuos sollozos ayer de la afectada denotaban que aún no ha logrado digerir el inesperado golpe.

Bendodo tiene también claro a qué se enfrenta desde hoy. Las elecciones municipales de 2019 son su objetivo y la recuperación de las alcaldías más importantes de la costa que perdió hace dos años: Marbella, Torremolinos, Benalmádena, Mijas, Nerja y Rincón. Aunque ésta se le pondrá a tiro en dos días, en una moción de censura que justificó. En otros casos como Estepona y Antequera tendrá que usar su poder de seducción porque sus actuales alcaldes no quieren repetir.

Tampoco ha perdido su proverbial pragmatismo. En su intervención en el congreso anunció a los díscolos alcaldes de Alhaurín el Grande y Tolox que en los próximos comicios pueden regresar al redil y encabezar las listas por el PP. Antes, le toca afrontar los conflictos en algunas organizaciones locales que ahora deberán designar nueva dirección. El caso más sonoro es el de Pedro Fernández Montes, en Torremolinos.

Pero su principal reto personal es el relevo de Francisco de la Torre y su propia candidatura a la Alcaldía. Como hiciera ayer con Margarita del Cid, el viernes de un modo más ostensible y programado, Bendodo convirtió su conclave de reelección en un homenaje al actual regidor, al que de paso unió en su gestión con la de su predecesora, Celia Villalobos. Ha inaugurado los despedidas obligadas pero sazonadas con muchas salvas de aplauso.

También en la confección de su nuevo equipo directivo, designó a Carlos Conde para su núcleo duro. Conde, uno de los hombres del presidente, pero la persona de máxima confianza de De la Torre en el Ayuntamiento. Vive entre dos aguas. Él único pero que le observo a Bendodo es que a veces parece que se decanta por la fórmula de un De la Torre al cuadrado en vez de preferir mostrar un sello personal.

Y no me vale que revele, como en su entrevista del viernes, qué también monta en bicicletas de competición y se cae. Pero que no sale su vídeo en las redes sociales.

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