Bajan del avión con ganas de sol, playa y fiesta, sobre todo, mucha fiesta. Cada fin de semana en la Costa del Sol aparecen decenas de turistas jóvenes que vienen a celebrar diferentes eventos; desde una despedida de soltero hasta el fin de curso. De hecho, la proliferación de este tipo de turistas ha despertado algunos recelos en parte del sector turístico, que no ve con buenos ojos la imagen que se puede dar del destino.

Sin embargo, no es difícil ver a estos grupos cada fin de semana en los centros de ocio de la Costa. Ataviados con disfraces, bandas y ropa cómoda, los turistas centran la atención de las zonas de ocio, como es el caso de la conocida plaza Solymar de Benalmádena. Allí se encontraba Cathy Malley el pasado viernes, una joven irlandesa de 24 años que forma parte de un grupo que ha elegido Málaga para celebrar una despedida de soltera. "Hemos llegado hoy mismo (por el viernes). Hace algunos años mi hermana celebró su despedida aquí y nos lo pasamos tan bien que hemos decidido volver. El vuelo nos ha salido barato y el hotel tampoco es caro", detalla.

A tan solo unos metros están algunos miembros de otra despedida de soltera. Llevan unas camisetas identificativas y tienen muchas ganas de diversión, por lo que llevan casi todo el día fuera del hotel conociendo las playas y la gastronomía de la Costa del Sol. Sin embargo, según explican, por la noche llega el momento de salir de fiesta. "Venimos porque la gentes es muy agradable y todo es más barato que en otros lugares. Una noche te pueda salir por unos 50 euros, cuando en otros sitios la factura no baja de 100 euros. La bebida y la comida aquí son más baratas", afirma Marie, una turista.

Pero hay casos distintos. Éste es el ejemplo de Estelle Lelievre, una chica francesa que reside habitualmente en Normandía. El próximo 13 de agosto se casa, por lo que ha decidido venir a Málaga a celebrar su despedida de soltera con las amigas españolas que no podrán ir a la celebración. Estelle explica que una amiga se encargará de organizar la fiesta, aunque en Francia tendrá otra despedida mucho más tranquila. "En mi país es habitual realizar actividades por la mañana por separado y por la noche organizar una gran barbacoa. Aquí, en Málaga, es distinto; hay un buen ambiente, el clima está garantizado y también es mucho más económico", explica Estelle.

El boom de este tipo de eventos ha abierto una nueva oportunidad de negocio a algunos empresarios de la Costa del Sol. Algunos bares y discotecas organizan fiestas cada fin de semana. Así, el hotel Sunset Beach de Benalmádena, por ejemplo, ofrece cinco paquetes distintos para celebrar una despedida de soltera; desde el más barato a tan sólo 79 euros al más caro que supone un coste de 171 euros por persona y tres días de alojamiento.

El director de operaciones del establecimiento, Miguel Marcos, considera que siempre se han llevado a cabo este tipo de eventos, aunque afirma que hoy en día cada vez los visitantes llaman más pidiendo paquetes cerrados. "La mayoría llegan en abril y mayo o en septiembre y octubre. En esos meses los precios son más asequibles y por eso reservan", añade.

No obstante, pese al auge de este tipo de turismo y los beneficios económicos que puede recortar a los empresarios, algunos miembros del sector muestran cierta preocupación por la imagen que se puede dar del destino y que le perjudique a largo plazo. Es el caso de Miguel Bordera, director de zona de la cadena MedPlaya, que asegura que no sólo son turistas extranjeros los que se acercan a la provincia a celebrar sus fiestas, sino también muchos españoles. Bordera añade que uno de los problemas reside en la cantidad de alcohol que se ingiere, lo que puede llevar a prácticas "incívicas".

"Es tanto el daño que se puede hacer con esto al destino… En lugares como Lloret de Mar ocurrió lo mismo y no fue bueno para ellos", asevera, aunque afirma que la Costa del Sol aún está a tiempo de controlar esta situación y no fomentarla, todo para que no se encasille como un destino de este tipo.

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