El pasado viernes, las barcazas Ans y TB-01, que desde hace meses permanecen amarradas en el puerto, inauguraron un nuevo muelle en la desembocadura del río.

Ubicada en la margen izquierda del Guadalmedina, justo detrás de la terminal de contenedores, esta nueva línea de atraque que ha sido denominada como muelle número 10, constituye parte de lo que en un futuro será el puerto pesquero de la ciudad.

Con 116 metros de largo y 15 de ancho, esta plataforma pivotada situada en codo de la desembocadura del río, está resguardada por una escollera formada por los galardonados cubípodos, unos elementos de protección que en diciembre de 2011 dieron al puerto el Premio Nacional a la Compra Pública Innovadora concedido por el Ministerio de Ciencia e Innovación.

Complementando al recién finalizado muelle, una gran explanada ya ejecutada, servirá de ubicación para la nueva lonja. En esta misma zona, además, está previsto que se sitúen diferentes dependencias pesqueras. Y aunque aun no está muy claro si las necesidades llevarán a la construcción de algún pantalán que, frente al futuro puerto deportivo de San Andrés, amplíe los atraques de la flota pesquera malagueña, la nueva obra, a la espera de que se inicie los trabajos de ejecución de los edificios que la complementan, constituye ya una realidad.

Un estreno algo adelantado que atiende al simple hecho de reubicar y quitar de los muelles comerciales a las dos barcazas que desde diciembre de 2012 y julio de 2013 respectivamente permanecen a la espera de órdenes en las aguas del puerto.