La negociación para impulsar el proyecto de restauración del entorno del antiguo balneario de los Baños del Carmen sigue estancada y la Demarcación de Costas de Málaga se plantea darle un giro. El Ayuntamiento de Málaga podría pasar a ser el concesionario del restaurante si los actuales concesionarios, las empresas Vera y Acha, no aceptan las condiciones impuestas por parte del organismo dependiente del Ministerio de Medio ambiente de tener que pagar por anticipado la cantidad correspondiente al canon por la uso del dominio público marítimo-terrestre por los 30 años de vigencia que tendría la nueva autorización.

Es el plan B diseñado por Costas en el caso de que sea imposible llegar a un acuerdo con los concesionarios sobre el pago del canon por adelantado y la obtención de un dinero con el que se pretende acometer parte de la obra marítima que se pretende acometer en los Baños del Carmen y que fue cuantificada en un primer momento en unos 5,5 millones de euros en total.

Si Vera y Acha renuncian a esta propuesta, fuentes cercanas a la negociación confirmaron que la intención del organismo del Ministerio de Medio Ambiente es iniciar el rescate de la concesión para la explotación del restaurante del antiguo balneario y que caduca en 2018. En el caso de llegar a este extremo, parece que el Consistorio malagueño estaría dispuesto a estudiar la posibilidad de recibir la concesión y a adelantar el pago del canon, e ir recuperando esa inversión con la cantidad que percibiría al adjudicar a un tercero la explotación del establecimiento.

Las mismas fuentes explicaron que la Demarcación de Costas de Málaga no tendría ningún inconveniente en que sea el Ayuntamiento de la capital quien asuma la concesión del restaurante para desbloquear este proyecto, cuyas negociaciones se iniciaron hace más de un año cuando la parte privada presentó un proyecto alternativo a la rehabilitación de este entorno diseñado por el arquitecto Salvador Moreno Peralta.

El concejal de Urbanismo, Francisco Pomares, confirmó que el Consistorio está dispuesto a sentarse con Costas y buscar una solución para desbloquear el proyecto, aunque advirtió que "no antes de que los concesionarios rechacen definitivamente la propuesta y se rescate la concesión por respecto a la negociación".

A día de hoy el problema de la financiación subyace en el fondo de la cuestión y sigue siendo el principal punto de desencuentro entre los concesionarios y Costas, como volvió a quedar de manifiesto en la última reunión mantenida entre las partes hace varias semanas. La cantidad exacta a pagar que Costas les ha exigido como condición para sacar adelante su proyecto privado en la zona no ha trascendido -aunque hace unos meses se cifró en algo más de dos millones de euros-, pero lo que sí parece claro es que de momento no están dispuestos a asumir ese pago por adelantado porque no le salen las cuentas.

Aún así, las mercantiles se comprometieron en la última reunión a volver a estudiar las cifras, mientras que la Demarcación de Costas pretende darle una nueva vuelta a la estimación realizada sobre el pago del canon de los próximos 30 años. El problema, advirtieron las fuentes, es "el escaso margen de maniobra porque la legislación obliga a cobrar unas cantidades por la ocupación del dominio público marítimo-terrestre y hay que regirse a ellas". Máxime, teniendo en cuenta que el actual canon que pagan los concesionarios del balneario por su uso no se ha actualizado desde 1918.

Aunque la negociación a tres bandas parece más estancada que nunca mientras una de las partes no dé un paso al frente, a todos les interesa resolver el problema mediante el diálogo porque cualquiera de las otras opciones supondría un nuevo retraso de la puesta en marcha de un proyecto que lleva décadas pendiente. En el caso del inicio del rescate de la actual concesión porque el proceso administrativo podría prolongarse durante varios años, y en el caso de que se decida esperar a que se extinga la vigencia del actual título concesional del restaurante porque aún quedan tres años para que termine.

Mientras tanto, tampoco se podrá concretar qué actuaciones se llevarán a cabo para rehabilitar este emblemático espacio. En lo que sí coinciden ambas administraciones es en que se debe abaratar el diseño del proyecto contemplado en el plan especial de adecuación aprobado en 2010 y que fue valorado en unos 13 millones de euros. La intención ahora es que en total no pase de los ocho millones de euros, pero nadie concreta nada. Costas porque está a la espera de conocer la propuesta que el Ayuntamiento de Málaga planteará para abaratar la obra en la parte terrestre para y éste porque espera que Costas negocie con los actuales concesionarios qué cantidad están dispuestos a financiar para determinar la viabilidad de la obra marítima.