La última referencia del Ministerio de Fomento sobre la posible ampliación de la línea del tren de Cercanías desde Fuengirola hasta Marbella tenía fecha de finales del pasado mes de marzo. Hasta ayer. La ministra del ramo, Ana Pastor, eligió el acto de inauguración del Metro de Málaga para insistir en el compromiso de su departamento en impulsar esta intervención, largamente demandada por los municipios de la Costa del Sol occidental y los sectores empresariales y económicos.

La responsable gubernamental aprovechó tan relevante acontecimiento para informar de que los estudios que en su momento se encargaron para determinar por dónde podría ejecutarse esta infraestructura ya están culminados. Lo que no hizo Pastor es aportar garantía alguna de que la citada obra será acometida en el corto y medio plazo. Antes, como señaló, los responsables de Fomento tienen la tarea de determinar si la construcción de un ramal ferroviario hacia Marbella y Estepona es o no viable desde el punto de vista económico y social.

En el marco de su discurso ante los alrededor de 400 invitados al acto de apertura del suburbano, la ministra aseguró que su departamento "continúa avanzando" en la red de trenes de Cercanías con el fin de cumplir su compromiso de que este servicio ferroviario llegue hasta Marbella y Estepona. La inclusión de esta última localidad puede interpretarse como una novedad, toda vez que desde que Fomento retomó esta intervención, a principios de la legislatura, se apuntaba básicamente a la llegada del tren hasta la ciudad marbellí.

De acuerdo con lo apuntado, ya se han culminado los trabajos de la fase de análisis diagnóstico de movilidad y se han recopilado todos los datos del corredor, empezando a plantearse ahora alternativas de trazado, así como el estudio de demanda para analizar la viabilidad económico-financiera de la actuación. El principal hándicap con el que se topa la iniciativa, que viene a recoger el relevo del fallido corredor ferroviario de la Costa del Sol, es justamente la elevada inversión económica que necesitará.

Si bien aún no se conocen las cifras, la masiva ocupación física del espacio más próximo al litoral, que sería el propicio para llegar el ramal ferroviario, obligaría a la ejecución del mismo bajo tierra, con el sobrecoste que ello supone. Cabe recordar que el tren litoral diseñado por la Junta de Andalucía entre Fuengirola y Estepona, con capacidad para el paso de trenes de alta velocidad y cercanías, situaba en unos 4.500 millones de euros el valor de la ejecución.

La operación sí parece encajar en las previsiones de Renfe. El presidente de la misma, Julio Gómez-Pomar, ya aseguró hace poco más de un año que los números inicialmente previstos de movimiento de viajeros cuadraban para la compañía. En cualquier caso, frente a la histórica reclamación de, por ejemplo, la alcaldesa marbellí de llevar el AVE hasta la localidad, Gómez-Pomar abogó más bien por el Cercanías. La demanda potencial de esta parte del territorio malagueño, según los cálculos en su momento actualizados por la Junta en el marco del tren litoral, situaban en unos 100 millones los posibles pasajeros a transportar mediante el nuevo ferrocarril.

A la espera de conocer las conclusiones de los estudios de viabilidad, la posición de Fomento sí parece firme respecto a la defensa de este ramal, según las declaraciones de la ministra. En este sentido, la línea argumental que mantiene el departamento, al menos desde el punto de vista teórico, es que cualquier nueva intervención sobre el terreno debe estar sólidamente justificada. Así, el Plan de Infraestructuras, Transporte y Vivienda (Pitvi) elaborado por Fomento posterga en el tiempo cualquier ampliación de trazados ferroviarios a la espera de que se compruebe su viabilidad técnica y económica.

De ello queda constancia en una respuesta oficial del Gobierno en relación con los plazos y calendarios del proyecto de ampliación del Cercanías. En la misma, la Administración central habla de "largo plazo". Cabe destacar que el plan de infraestructuras actual tiene como horizonte tope el año 2024. Así, se incide en que se destina cualquier "esfuerzo inversor en un horizonte de corto-medio plazo a garantizar la seguridad y calidad del servicio actual de Cercanías".