El inmovilismo del alcalde deja el Metro en tierra de nadie

Movilidad

De la Torre pide actualizar sus obligaciones económicas sin desbloquear el tranvía al Civil. Un informe jurídico de la Junta vuelve a tumbar el Metrobús municipal.

Uno de los trenes del Metro, a su paso por el tramo en superficie de Teatinos.
Uno de los trenes del Metro, a su paso por el tramo en superficie de Teatinos.
Sebastián Sánchez Málaga

20 de mayo 2016 - 01:00

Nunca antes una reunión institucional estaba tan abocada al fracaso como la que ayer mantuvieron la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga. El devenir del Metro y su prolongación en superficie hasta el Hospital Civil queda nuevamente en tierra de nadie tras la negativa de equipo de gobierno del PP a moverse un solo centímetro de su negativa al proyecto ferroviario, avalado con su firma en noviembre de 2013 por el alcalde, Francisco de la Torre.

En la línea de lo que ya se presumía, el Ejecutivo local se reafirmó en que técnicamente la propuesta autonómica para llevar los trenes a ras de calle hasta la zona norte es "inviable" y que se trata de una infraestructura que la ciudad "no quiere". El mensaje fue lanzado por el concejal de Ordenación del Territorio, Francisco Pomares, minutos antes del arranque del encuentro 'técnico' con la Administración regional, lo que ya daba muestra del punto del que partía el Consistorio.

Sobre esta base, las dos horas que se prolongó el cara a cara de las dos instituciones no hizo más que constatar la confrontación reinante entre los dos supuestos socios públicos. Si la Consejería de Fomento insiste en la necesidad de avanzar en la hoja de ruta pactada años atrás, el Ayuntamiento rompe la baraja al mantener intacto el bloqueo a la misma, incidiendo, por el contrario, en su interés por abrir puertas alternativas, como la del Metrobús, y la firma de un adenda al convenio original, que data de 2003, con la que actualizar las obligaciones económicas municipales.

El inmovilismo del equipo dirigido por De la Torre, que no se antoja vaya a variar, fuerza a la Junta a seguir adelante con la cuenta atrás previa a la toma de decisiones drásticas para el futuro del Metro. Es factible pensar que en no más de dos semanas, los responsables del Gobierno andaluz acaben por fijar el escenario definitivo del Metro de Málaga, ya sea para paralizar el servicio, mantener el servicio pero deteniendo los trabajos que actualmente se desarrollan en la Alameda... Una determinación que, por el momento, la Junta sigue posponiendo, en la esperanza de que el equipo de gobierno del PP "cambie esa obcecación".

A pesar de que el orden del día marcado para la reunión solo contemplaba la discusión en torno al informe negativo emitido por la Gerencia de Urbanismo al proyecto constructivo del Metro al Civil, el Ayuntamiento logró que se abordasen cuestiones como el Metrobús y la adenda al convenio. En el primero de los asuntos, el propio Consistorio vino a asumir la endeblez de la propuesta que pone sobre la mesa para sustituir el tranvía por una línea de BRT que uniría la estación del Guadalmedina con la trasera del Civil. Lo hizo en el momento en que confió la "escasez" de la información aportada hasta la fecha, comprometiéndose a remitir nuevos documentos a la Junta, que confirmó que la analizará.

Sin embargo, esta disposición está marcada a priori por la existencia, según indicó el director gerente de la Agencia de Obra Pública de Andalucía, Francisco Pérez, de un informe jurídico que tumba cualquier opción de ir adelante con la línea de autobús. "En el marco actual, legalmente no es posible", sostuvo Pérez, que subrayó que su aceptación supondría una "vulneración" del pliego de condiciones que rigió la adjudicación del proyecto del Metro. El mismo, añadió, sólo contempla como propio del contrato la prestación de un sistema "ferroviario, excluyendo expresamente que pueda ser mediante autobús". "Hay un problema jurídico porque el servicio no puede ser prestado por la EMT ni los ingresos pueden ser para la concesionaria", insistió.

La cuestión económica, en forma de adenda, se convirtió en el otro añadido de la reunión. Si Pomares admitió que se trata del punto clave a abordar por las dos administraciones, el directivo regional dijo estar dispuesto a elaborar una adenda "que recoja lo que aparece en el protocolo, pero no algo que lo cuestione; si no es así, es muy difícil que podamos hablar porque hay compromisos contractuales". Y ello implica necesariamente que el alcalde acepte justamente lo que viene rechazando desde hace meses amparándose en la supuesta negativa vecinal, que el Metro alcance la zona norte en superficie. "El problema es que la falta de seriedad institucional tiene repercusión sobre instituciones y personas que tienen que decidir acerca de inversiones en Málaga y que quieren seguridad jurídica; se espera que cuando una autoridad firma un documento lo va a cumplir", incidió.

En relación con la negativa de la Junta a abrir otros escenarios diferentes a la del Metro en superficie, el edil el PP lo justificó en el "miedo" que tiene ante la reacción que pudiese tener la concesionaria del proyecto. Cabe recordar que el fracaso del suburbano podría suponer una reclamación económica de los privados a la Junta de hasta 830 millones de euros. "Tienen miedo a que esto se les vaya de las manos; la tienen cogida", dijo, al tiempo que subrayó que el Ayuntamiento no es responsable de los acuerdos suscritos por Fomento con la concesionaria tras el protocolo de intenciones de noviembre.

Se desentiende de los acuerdos de la Junta y la empresa

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que no participó en la reunión mantenida ayer con la Junta de Andalucía para abordar el futuro del Metro en superficie hasta el Civil, expuso ayer su deseo de poder reunirse pronto con el consejero de Fomento, Felipe López. Un cara a cara en el que poder tratar la firma de la adenda al convenio original del Metro , al entender que "los efectos económicos derivados de los compromisos de la Junta con la concesionaria no pueden trasladarse al Consistorio". "Sería un atropello a la ciudad", advirtió. El regidor del PP reiteró la necesidad del consenso vecinal, recordando que fue un extremo apuntado también por la presidenta de la Junta, Susana Díaz. Además, volvió a a argumentar que el trazado del tranvía no coincide con el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) de la ciudad, llegando a alertar de que un cambio de este planeamiento o del Potaum "no es algo que se haga en dos días". Ante esto, insistió en las ventajas del Metrobús.

Una "apasionada" reunión a voz en grito

"Apasionada". Este fue el término que empleó el director gerente de la Agencia de Obra Pública de Andalucía, Francisco Pérez, para resumir el desarrollo de la reunión mantenida ayer con representantes del Ayuntamiento de Málaga. Aunque los que fueron testigos directos del encuentro puede concluir que la palabra no es capaz de acaparar el nivel de crispación, tensión y confrontación que se vivió durante buena parte de las más de dos horas que las partes estuvieron sentadas a la misma mesa. "Alguien me ha llegado a decir: 'No sabe usted con quién está hablando'", aseguró Pérez, que eludió desvelar la identidad del responsable de la frase, guardando con ello cierta intimidad en el desarrollo del encuentro. La verbalización de la idea, en cualquier caso, retrata la naturaleza del encuentro. A modo de ejemplo, apenas unos minutos después de arrancar la cita, el concejal de Ordenación del Territorio, Francisco Pomares, a pesar de no estar previsto en el orden del día, voz en grito, exigió: "Vamos a hablar de la adenda". En hasta tres ocasiones se le escuchó repetir la demanda. Al final consiguió el propósito. Pudo hablar de la adenda y del Metrobús, cumpliendo de este modo el deseo suyo y del alcalde, Francisco de la Torre. Y eso que fue el propio regidor el que el pasado 9 de mayo planteó a la Junta la necesidad de que los técnicos abordase en un encuentro los detalles del informe emitido por la Gerencia de Urbanismo contrario al tranvía al Civil. Tanta insistencia en hablar de la adenda hace pensar que a Pomares, que estuvo acompañado de la edil de Movilidad, Elvira Maeso, y de otros técnicos, le interesaba todo menos abordar la cuestión urbanística. Los gritos que se lanzaron unos y otros no evitaron que al finalizar la reunión, las dos partes se despidieran con abrazos.

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