Con la plaza definitiva a 300 kilómetros de casa
Los funcionarios con plaza definitiva lejos de su domicilio intentan acercarse con el 'concursillo' Tras la denuncia de un grupo de docentes ha intervenido el TSJA
Tiene dos hijos pequeños, 18 años de servicio como profesor de Educación Física y, desde este pasado curso, plaza definitiva a 260 kilómetros de su casa. Hinojosa del Duque, en el Valle de los Pedroches de Córdoba, cerca de Extremadura, es el destino en el que Augusto Mesa ha pasado este año. Ha hecho miles de kilómetros para poder volver con su familia los viernes por la tarde y regresar los lunes después de dejar a sus hijos en el colegio porque su instituto le permitía entrar a las 12:00. Ha gastado unos 800 euros mensuales extraordinarios por vivir fuera. El peaje emocional no hay forma de contabilizarlo. Ahora cruza los dedos para que el concursillo sea una realidad y el TSJA no lo paralice, como ha pedido un grupo de trabajadores en su denuncia.
"Estuve nueve años de interino, uno de funcionario en prácticas y siete sin destino definitivo. He estado al lado de casa, a cinco minutos de mi familia durante siete cursos y ahora me mandan tan lejos", protesta Augusto que vio hecha a su medida la fórmula del concursillo para funcionarios con destino definitivo. Por eso, le tiene en vilo la decisión de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) de requerir a la Consejería de Educación para que en cinco días realice alegaciones al recurso que solicita, como medida cautelar, la paralización del concursillo docente de traslados, al entender que el procedimiento incurre en "discriminación". Si se paraliza sabe que el próximo septiembre tendrá que volver al norte de Córdoba. "He estado bien, la gente ha sido muy acogedora, pero está muy lejos de casa", agrega Augusto.
Javier López, profesor de Lengua y Literatura, ha tenido que recorrer 300 kilómetros y dejar en Málaga a su hija de 3 años para atender su plaza definitiva en Villanueva del Arzobispo, en la sierra jiennense. "Si no me dan plaza cerca con supondrá no poder cumplir una sentencia judicial de custodia compartida que tengo desde hace meses", explica. Carretera, alquiler en Villanueva, hipoteca en Málaga, este año para Javier le ha supuesto perder casi más de lo que ha ganado. Pero el mayor coste, sin duda, ha sido el de decir adiós a su pequeña cada domingo por la tarde. Ahora le preocupa que la distancia de su puesto de trabajo vuelva a partir su vida.
Y para las especialidades menos comunes, ésta parecía la única fórmula posible de regresar a casa. Pilar Barrientos es profesora de Intervención Sociocomunitaria. Después de años de interinidad en las que sólo un curso lo pasó en Málaga capital consiguió plaza en 2010 y al año siguiente ya tenía su destino definitivo. Lo malo es que era en Pozoblanco. "Desde que mi hijo tenía 3 años he estado fuera de casa", apunta. Hace cuatro años que es liberada sindical pero ha concursado para intentar tener su plaza más cerca. "He luchado mucho por esta medida, considero que es de justicia, los interinos que no sacaron plaza han estado cerca de casa y yo en Pozoblanco", agrega Pilar.
Los sindicatos han apoyado este particular concurso de traslados porque era una reivindicación histórica. "En los concursos de traslado salen muy pocas plazas, es fácil que te vayas fuera de tu provincia, así que o bien salían todas las plazas existentes al concurso de traslado, que evitarían este problema, o se hacía algo como lo que se ha planteado este año", considera Félix Martín, Secretario de Enseñanza de CCOO Málaga. Y subraya la justicia de estas medidas "que igualan". María del Amo, responsable del sindicato ANPE, sostiene que "es necesario, lo que no es lógico es que te tengas que llevar tu casa a cuestas o separarte de tu familia por tener tu destino a 200 ó 300 kilómetros de casa". También apuntan a que aún hay mucho por hacer con provisionales e interinos pero que "el primer paso ya se ha dado". Por su parte, Encarna de la Chica, de UGT, señala que se han generado muchas expectativas y "creo que al final el movimiento no va a ser tan grande porque las plazas son las que son y las plantillas en las ciudades ya están muy ajustadas".
Ahora todo está en manos de la decisión del TSJA. Los interesados aún tienen hasta el 7 de julio para echar su petición de regresar lo más cerca posible al hogar.
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