Málaga

El Metro se adentra en su zona caliente

  • Los Callejones del Perchel y la Avenida Andalucía, puntos con más riesgo de toparse con restos arqueológicos

Cada nuevo paso del Metro le acerca a lo que podríamos denominar zona caliente de su recorrido. El adjetivo, lejos de referirse a la temperatura de los terrenos por los que transitará, apunta directamente a las localizaciones en las que el desarrollo de la obra tiene un riesgo mas elevado de toparse con los restos arqueológicos enterrados tras siglos de historia. Murallas nazaríes, enterramientos, fortalezas… son algunos de los iconos culturales del pasado de la capital que deberán sortear los trabajos del suburbano en el recorrido que se extiende entre Renfe y la estación término, que estará situada en Paseo de Reding.

La numerosa documentación existente y los estudios realizados con antelación permiten concluir que a la obra del Metro le queda aún por superar su etapa más difícil. Si bien es cierto, como indican desde la delegación de Cultura, que la existencia de hallazgos en estos emplazamientos no tiene por qué suponer la aparición de los mismos, no lo es menos que el riesgo de que así sea está sobre la mesa. Y ello es un asunto nada baladí, por cuanto sacar a la luz material de cierta relevancia histórica podría lastrar el avance de las actuaciones.

A todo ello prestan especial atención desde hace años tanto las empresas adjudicatarias del proyecto, como los técnicos del ente Ferrocarriles Andaluces, dependiente de la Junta de Andalucía, y de la Delegación de Cultura, que mantienen contacto permanente a modo de vigilancia sobre el terreno. Tras efectuar una actividad arqueológica de las labores desarrolladas en el trazado de la línea 2 (Martín Carpena-Héroe Sostoa) y el tramo en superficie del ramal a Teatinos (línea 1), sin que se haya surgido descubrimiento alguno, la labor de control se extiende ahora al trozo que discurre entre Renfe y el edificio de Correos, justo la extensión del tramo que en no muchas semanas deberá impulsar la Junta.

La información que aportan los estudios históricos y la realidad mostrada por obras antes ejecutadas en este entorno constata que justo en Callejones del Perchel y la Avenida de Andalucía se sitúan los grandes puntos calientes en lo que a material arqueológico se refiere. "De todos es sabido que en el entorno del centro de Málaga, desde la Plaza de la Marina hasta Renfe, han aparecido en otros proyectos que se han desarrollado, como en la zona de Correos, el Corte Inglés o El Perchel, restos arqueológicos correspondientes a enclaves como el arrabal musulmán, la muralla del mismo arrabal, varias necrópolis islámicas, el muro portuario o la muralla nazarí que cierra el perímetro de la medina", destacan desde la Delegación de Cultura.

Es decir, que en las próximas actuaciones del suburbano, éste deberá sortear hasta cinco enclaves históricos. Desde Renfe en dirección al centro, el primero de ellos se identifica con la muralla del siglo XII que cerraba el arrabal de la antigua ciudad musulmana, en Callejones del Perchel, vía que cruza por debajo. Tras constatar su existencia, los técnicos del Metro trataron de adecuar el trazado al objeto de no afectarla, pasando por debajo de la misma.

La siguiente parada obligada en este pseudo recorrido por la historia de la ciudad se sitúa frente a la iglesia de San Pedro, en las cercanías de Correos, donde ya durante la construcción del aparcamiento de la Avenida de Andalucía se detectó un cementerio vinculado a la antigua parroquia, aunque algunos trabajos apuntan a posible existencia de restos árabes y romanos.

Una vez el trazado del ferrocarril urbano se adentre en la Alameda Principal, la vigilancia deberá aumentarse justo pasado el río, ya que en el cruce con la Alameda de Colón se puede topar con restos del antiguo fuerte de San Lorenzo. Ya en la Plaza de la Marina, la preocupación es la muralla nazarí situada en el subsuelo, parte de la cual está expuesta en el mismo aparcamiento de la zona. Todo ello dibuja un mosaico de piezas que elevan, si cabe, la problemática de una obra ya de por sí compleja, más aun si se tiene en cuenta que los siguientes pasos del suburbano lo hacen adentrarse en el corazón mismo de la ciudad actual, que a su vez, es el corazón de la ciudad pasada.

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