Málaga

La historia del coche se narra en Tabacalera

  • El 16 de septiembre se abrirá al público un museo de automoción en Tabacalera · El portugués Joao Magalhaes es el propietario de los vehículos y gestionará el recinto

"A finales del siglo XIX y comienzos del XX la gente pensaba que el automóvil no tenía futuro. Hacía mucho ruido, era muy lento, sólo circulaba hacia delante porque no tenía marcha atrás... Todo el mundo prefería un coche de caballos". El empresario y coleccionista portugués Joao Magalhaes esboza una sonrisa cuando dice estas palabras rodeado de todo tipo de vehículos históricos y modernos en el Museo Automovilístico de Málaga, un nuevo centro expositivo que abrirá sus puertas de forma oficial el próximo 16 de septiembre en una de las partes del antiguo edificio de Tabacalera.

Una docena de camiones se han desplazado desde Portugal hasta Málaga para transportar los 81 coches de distintas épocas y marcas -Rolls Royce, Cadillac, Hispano Suiza, Delage o Ferrari, entre otras- que se exponen en el museo, mientras que otros tres trailer han traído todo tipo de material expositivo.

El museo es, para Magalhaes, la culminación de un sueño iniciado por su padre hace 50 años en un municipio de Portugal. "Mi padre hizo una colección mediana y yo decidí invertir una importante cantidad de dinero y realizar una gran colección con vistas a poder obtener una rentabilidad en el futuro", explica el coleccionista portugués a este diario. Su modus operandi es el mismo desde hace 25 años. "Compro coches que están prácticamente deshechos y los restauro en un taller que tengo en Portugal. Al principio estaba yo sólo y ahora tengo tres empleados", continúa Magalhaes, quien en ocasiones ha viajado a diversos países y, en otras, ha adquirido los coches respondiendo anuncios de revistas especializadas a las que está suscrito, la mayoría estadounidenses. "Los compro sin ni siquiera verlos, es un riesgo y me han llegado coches en muy mal estado pero lo bonito es arreglarlo", afirma. Dice que el truco es "comprarlos lo más barato posible". En otros casos, la historia fue más curiosa. Por ejemplo, su padre cambió en los años 50 un frigorífico por un Rolls Royce a una señora. "Ahora no se entiende, pero en aquella época nadie tenía frigo y la señora tenía el coche abandonado y de gallinero", recuerda. También hay que tener en cuenta que la restauración lleva muchísimas horas de trabajo. Dos años estuvieron él y su equipo reparando a mano un Peugeot Eclipse.

El museo expondrá de forma permanente 81 vehículos aunque tiene 120. "No he traído más coches porque entonces estarían todos muy juntos y sólo se vería el frontal, y quiero que se puedan ver desde todos los ángulos ya que hay muchos detalles bonitos".

¿Por qué Málaga y no Portugal o cualquier otra ciudad? Magalhaes explica que "en Portugal sólo me pusieron dificultades porque la burocracia es tremenda, así que le envié el proyecto de un museo al Ministerio de Cultura español y éste ofreció el dossier a varias ciudades. Málaga fue la que contestó más rápido, recibí una visita del alcalde, Francisco de la Torre, y una delegación, les gustó y hemos tenido una relación muy correcta y sin problemas". Al coleccionista portugués, además, le encanta la restauración que se está haciendo del edificio de Tabacalera y no duda en llamarlo "el Versalles de Málaga".

El museo es privado y Magalhaes -que vendió su industria textil en Portugal y dedicó todos sus beneficios a la compra de coches y este proyecto- cobrará las visitas a 6 euros, aunque los malagueños sólo pagarán 4,5 euros y habrá descuentos especiales. El Ayuntamiento le alquila los 6.000 metros cuadrados que ocupa en Tabacalera aunque, según afirma el empresario luso, no tiene que abonar los dos primeros años a la espera de que se asiente el museo. La gestión será, por tanto, privada -fue una de las exigencias de Magalhaes- y "nuestra idea es atraer a grupos organizados con cita previa, por lo que estamos hablando con touroperadores, colegios o cruceristas, entre otros".

El portugués tiene claro que "el Ayuntamiento ha hecho un esfuerzo muy grande en comprar este edificio y mi obligación es superar las expectativas", por lo que la rentabilidad es clave. En este sentido, también organizará todo tipo de exposiciones -está colocando una de sombreros de época y va a contactar con las grandes firmas parisinas de moda para intentar hacer retrospectivas históricas-; celebrará todo tipo de eventos en unos salones habilitados; y alquilará media docena de vehículos -un Cadillac de los años 50, un Rolls Royce negro con cristales de Swaroski, o un Bentley dorado- para bodas, películas, espectáculos, etcétera. Magalhaes estima que, para ser rentable, debe recibir unos 70.000 visitantes al año aunque confía en llegar a 120.000. La exposición es permanente pero el propietario irá incorporando novedades. De hecho, "en septiembre traeré dos vehículos antiguos a los que les estoy haciendo tunning", añade. La colección es amplísima y da a Málaga una nueva oferta museística de calidad en la batalla por la capitalidad cultural europea.

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