Protestas bajo la lluvia

Unos mil empleados de la Junta se manifiestan contra el "decreto del enchufismo" y exigen su derogación

Una funcionaria porta un cartel contrario a la privatización de la función pública.
Una funcionaria porta un cartel contrario a la privatización de la función pública.
L. García / Málaga

28 de noviembre 2010 - 01:00

"Nos manifestamos para que no nos cuelen a muchos por la puerta de atrás". Así resumía un funcionario de la Junta de Andalucía la razón de la manifestación que ayer congregó a unos mil trabajadores de la Administración autonómica. La protesta exigía la derogación del decreto 5/2010 de reordenación del sector público de la Junta. La marcha comenzó sobre las 12:00 frente al edificio negro. A esa hora chispeaba y había unos 300 manifestantes ataviados con camisetas naranjas. Poco a poco fueron llegando más empleados cabreados con "el decreto del enchufismo" y se alcanzaron los mil participantes.

"A gente que entró a dedo quieren equipararla con nosotros que somos funcionarios por oposición", protestaba una empleada de la Delegación de Obras Públicas. "A nosotros nos ha costado muchos años de estudio, incluso hemos tenido que trabajar en otras provincias para conseguir una plaza", añadía otra. Otro manifestante precisaba que en toda la Junta de Andalucía hay unos 22.000 empleados por oposición y que con el decreto se pretenden convertir en empleados públicos unos 27.000 contratados. La marcha recorrió la Avenida de la Aurora para unir el edificio negro con la Delegación del Gobierno andaluz. A medida que la columna avanzaba se hacía más nutrida. Comenzó a llover de forma tenue, pero persistente.

"Los menores no se venden", coreaba un grupo de la Delegación de Igualdad y Bienestar Social en alusión al "intento de privatización" de la función pública que supone el cuestionado decreto y sus medidas complementarias, recogidas en el decreto 6/2010. El único político que se vio en la manifestación fue el concejal de Izquierda Unida del Ayuntamiento de Málaga, Pedro Moreno Brenes. Había pancartas de los sindicatos USO y Ustea. Una veintena de policías nacionales vigilaba la marcha y que los manifestantes cumplieran el recorrido autorizado. Varias pancartas resumían el malestar de los funcionarios. "Contra la dictadura del enchufismo. Por la igualdad de todos los ciudadanos", rezaba una. "Los servicios públicos son el patrimonio de los pobres", apuntaba otra.

Sin mucha rima, un manifestante armado de megáfono coreaba: "El PSOE se dice de izquierda y es de derecha". Otros, con más sentido del ritmo, se desgañitaban: "Por oposición a la administración". Con bocinas, pitos y la canción de Diego Torres que dice "pintarse la cara color esperanza", la columna hizo ruido suficiente para que su protesta fuera escuchada por los transeúntes que se animaron a salir en un día muy desapacible.

Un funcionario que repartía panfletos explicativos sobre el motivo de la manifestación aseguraba que en toda la comunidad autónoma las agencias que crea el polémico decreto manejarán unos siete billones de euros, de los cuales "el 90% escapará al control presupuestario". A pesar de la lluvia y de que había que pelear con el viento para que no torciera los paraguas, los participantes de la marcha llegaron hasta la Delegación del Gobierno andaluz. Allí leyeron un manifiesto, que señalaba que "sin empleados públicos no hay servicios públicos. Y sin servicios públicos, pasamos de ciudadanos a clientes".

Según ese texto ambos decretos "trasladan la gestión de bienes tan elementales como la educación, la sanidad, el empleo, los servicios sociales, el agua, el medio ambiente o la gestión agraria y pesquera al ámbito y la arbitrariedad del derecho privado". Poco después de la 13:00, la manifestación llegó al edificio de la Junta de la Alameda Principal. Allí hubo una sonora pitada con la que los participantes reiteraron su malestar a las autoridades autonómicas.

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