La prostitución ha saltado la barrera psicológica de la Alameda de Colón en Málaga para situarse en plena calle Larios, el principal escaparate de la ciudad, y a plena luz del día. Ayer, dos mujeres apostadas a la entrada de Larios, a la altura de calle Martínez, propusieron durante horas relaciones sexuales a numerosos viandantes, a los que ofrecían sus servicios por un mínimo de 20 euros. La propuesta pudo ser aceptada por alguno de los transeúntes, al menos en una ocasión, ya que uno de ellos las acompañó a una pensión contigua.

Todo ocurrió aproximadamente entre las cuatro y las siete de la tarde, cuando la calle estaba abarrotada de familias con niños, jóvenes y ancianos, además de agentes de Policía Local, que no intervinieron. Porque tampoco pueden hacerlo. Actualmente, no existe una norma en España que prohiba la prostitución.

Pero la aparición de estas meretrices en el pulmón comercial y de ocio de la ciudad ha sorprendido al Ayuntamiento en plena redacción de una ordenanza municipal que, precisamente, pretende asfixiar la práctica de la prostitución callejera con la imposición de multas y obstáculos a los clientes y mayor protección a las mujeres.

La supuesta práctica del lenocinio en el centro histórico sucede también cuando ya sólo quedan dos reductos de prostitución callejera en la ciudad: en el entorno de la Alameda de Colón y en el Polígono Guadalhorce. En ambas zonas, la práctica subleva a vecinos y trabajadores, que la llevan denunciando desde hace años por la mala imagen que supone y porque, en muchos casos, estas mujeres son arrastradas por mafias que las obligan a prostituirse.

La concejala de Bienestar Social del Consistorio malagueño, Mariví Romero, reaccionó ayer con extrañeza al ser cuestionada por este hecho. "Nunca ha habido nada parecido en esa zona y actuaremos reforzando la prevención con mayor contundencia", dijo.

Fuentes policiales consultadas también mostraron su sorpresa por el lugar escogido, con abundante presencia policial y de cámaras. "Un cliente se expone en un lugar así a ser visto por algún conocido, pero la clientela potencial es muy numerosa, la competencia es escasa y se sienten más seguras", dijo un agente.

Precisamente por lo extraño de las circunstancias, la Policía Local envió a calle Larios una patrulla de paisano, como refuerzo a las habituales en la zona, que siguió los movimientos de las mujeres. Los agentes explicaron que en los últimos días se había producido una concentración de prostitutas en la zona de la plaza de Félix Sáez y que éstas podrían haberse desplazado ahora a calle Larios en busca de mayor demanda.

El presidente de Federación de Comerciantes de Málaga (Fecoma), Enrique Gil, manifestó que la restauración de la zona se puede ver perjudicada y los ciudadanos pueden irse a hacer sus compras a otros lugares. También destacó la mala imagen que supondría para los turistas. "Hay que imaginar la impresión que se llevarán. Podría convertirse en una nueva ruta turística", manifestó con sorna.

El presidente de los hosteleros y del Centro Histórico, Rafael Prado, dijo que "se va a conseguir que el Centro sea un vertedero" y alertó: "Si no se interviene, la cosa podría irse de las manos".