Cultura

Ignacio Béjar une Oriente y Occidente con amalgamas sufíes

  • El músico malagueño presenta mañana en el Teatro Echegaray su nuevo disco, 'Hacia la luz'

Ignacio Béjar es un músico bien conocido en Málaga por los amantes más ínclitos de la world music y las postrimerías étnicas. Malagueño nacido en Bilbao en 1963, Béjar ha dedicado no pocos años a desentrañar los vínculos culturales de Oriente y Occidente a través la música turca y su expresión mística por excelencia, el sufismo. Su carrera dista mucho de ser la de alguien preocupado por la industria: en 2000 presentó su primer disco en solitario, Epikeya, y el segundo, Hacia la luz, acaba de ver la ídem y tendrá su presentación mañana miércoles en el Teatro Echegaray a las 21:00. Pero Béjar es un músico de inquietud preclara que trabaja con diversos grupos de muy distinta procedencia (El Sombrero del Alquimista, Khairkan, Caravasar, Rifak, Aduna Wey), en los que toca el ney turco, el laúd árabe, el clarinete y el saxo entre otros instrumentos. Mañana, en el Echegaray, demostrará su dominio de todos ellos junto a otros tres músicos: Javier Rodríguez, Ángel Martín y Alejandro Bermúdez.

Afirma Ignacio Béjar que su propio concepto de música cambió radicalmente cuando aprendió a tocar el ney, hace trece años: "Para mí, el músico, y la propia música, son herramientas al servicio de algo más grande. Y su práctica se traduce en sanación". En virtud de esta convicción, Béjar ha hecho de la musicoterapia caballo de batalla e imparte asiduamente talleres de inspiración sufí en países como Inglaterra, Turquía, Alemania y Austria, además de Málaga, claro, donde su actividad en este sentido es notoria. Y sobre su concierto de mañana, afirma: "Presentaremos un repertorio basado en el disco pero a la vez distinto, con otros timbres. Nuestras actuaciones son muy abiertas. Para los conciertos adoptamos formas propias de un ritual sagrado, y eso es lo que hacemos, con momentos cercanos al trance". Al final, ¿hablamos de world music o música étnica? "Tal vez de música de viajes. O música del alma, del corazón. Eso es lo más importante, sin duda".

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