Benalmádena ha decidido aplicar mano dura para mantener limpio el municipio y que éste presente su mejor aspecto durante todo el año. Por ello, la concejal de Sanidad, María del Carmen Florido, ha realizado un llamamiento a los propietarios de perros para que éstos recojan las defecaciones depositadas en la vía pública y las dejen en lugares adecuados, ya que en caso contrario podrán recibir sanciones de hasta 3.000 euros. "Cada día recogemos en el Ayuntamiento numerosas quejas y protestas por la presencia de numerosas heces caninas en la vía pública, una situación insostenible que en un municipio turístico como el nuestro no estamos dispuestos a seguir tolerando", aseveró la edil. De hecho, Florido recordó que en varias ordenanzas municipales, como es el caso de la de Convivencia Ciudadana o la de Tenencia de Perros, se especifican estas sanciones que pueden llegar desde los 750 a los 3.000 euros en el caso de que sean reincidentes. A partir de ahora la Policía Local va a comenzar a hacer un seguimiento más estricto para intentar atajar este problema de forma definitiva, por lo que se interpondrán las correspondientes multas siempre que un vecino no respete las ordenanzas.

"Creemos necesario que la gente se conciencie con este problema y empiece a llevar a los perros a los pipicanes o a recoger sus deposiciones", añadió la concejal. Asimismo, Florido explicó que el Ayuntamiento no puede realizar una campaña publicitaria a través de vallas y marquesinas para aumentar la concienciación debido a la escasez de recursos económicos.

Benalmádena no ha sido el único municipio de la Costa del Sol que en los últimos tiempos ha decidido plantar cara a la suciedad. En Mijas, por ejemplo, se pueden interponer multas a los dueños de animales que no recojan los excrementos que oscilan entre los 750 y los 1.500 euros, aunque en el caso de que el comportamiento se repita también pueden alcanzar los 3.000 euros. Además, en este mismo municipio la Ordenanza de Convivencia recoge multas de hasta 3.000 euros en el caso de que se arrojen residuos a la calle, como es el caso de chicles, por su dificultad a la hora de la limpieza.