Decía Txemi Urtasun tras el partido ante el Laboral Kutxa que el encuentro en Grecia de esta tarde (20:45) es "por lo que uno se hace jugador de baloncesto". El OAKA, pabellón de uno de los más laureados clubes de Europa, será el lugar en el que la contienda tenga lugar en busca de un sitio para los cuartos de final de la Euroliga. Quedan dos posiciones para cuatro equipos y en las dos jornadas restantes se dilucidarán las posiciones.

El Unicaja parte en la posición de cola, junto con el Fenerbahce, por lo que se hace imprescindible ganar en tierras helenas. Los de Alvertis, por su parte, quieren dejar casi sentenciado el pase para no jugársela ante su rival más acérrimo, el Olympiacos, en El Pireo.

Plaza tendrá a todos sus contendientes disponibles para enfrentarse al Panathinaikos. Vidal y Hettsheimeir se han recuperado a tiempo para la final continental, aunque presumiblemente será el brasileño el que sea descartado. Para vencer, el Unicaja se tiene que hacer aún más fuerte que en el partido de ida, en el cual los cajistas vencieron sin demasiados problemas 87-71.

Las últimas derrotas continentales (Fenerbahce Ulker, Barcelona y Olympiacos) dejan sin margen de maniobra al Unicaja, que sabe la dificultad que tiene ganar en el OAKA. El pabellón griego estará lleno para recibir al conjunto malagueño. Unas 20.000 gargantas estarán en la pista del Panathinaikos para apretar a los de Plaza y al trío arbitral.

Sobre este asunto, Plaza pidió "respeto" para la escuadra malagueña. Consciente de lo que entraña la presión del público, el club de Los Guindos espera que los árbitros no se amilanen.

La victoria el pasado domingo ante el Baskonia cerraron la herida que tenían los de Plaza tras cinco derrotas consecutivas. El Panathinaikos también venció, con mucha facilidad, en su encuentro liguero. Las espadas están por todo lo alto ante uno de los partidos de la temporada para ambos conjuntos. El Unicaja quiere seguir soñando.