Una vez cerrado el décimo jugador de la plantilla en el Unicaja existe una calma chicha a la espera de la llegada de Joan Plaza a Málaga. El técnico catalán cree absolutamente necesario redondear la plantilla con algún jugador más, sobre todo en la parte exterior, mientras que desde el Consejo que preside Eduardo García se piensa que hay que tirar de la cantera. Seguramente en el punto de encuentro de un fichaje exterior y Maodo Nguirane en el interior se encuentre el punto de acuerdo.

A Los Guindos, no obstante, no dejan de llegar ofrecimientos de todo tipo. Desde jugadores salidos de la universidad americana con promesa de pasaporte hasta jugadores más experimentados con recorrido en ACB y Euroliga. El margen económico que el Unicaja, en caso de que Plaza convenciera a los dirigentes de la necesidad de emplear el dinero que se ahorró de otras operaciones, manejaría para ese undécimo jugador no sería demasiado.

El año pasado se dio una situación concreta que hizo replantear la plantilla, con un gasto extra sobre lo inicial. Carlos Suárez se puso a tiro y Joan Plaza insistió en su llegada. Y fue un acierto pleno. El de Aranjuez le dio un enorme plus a la plantilla, sirvió para quitar presión a Kuzminskas y fue el hombre que más minutos en pista estuvo toda la temporada pasada. Elevó el nivel del plantel. Favoreció que percibiera una indemnización del Real Madrid por finiquitar el contrato.

La coyuntura de un fichaje apetecible por una suma no muy elevada está ahí, con la tranquilidad de tener el esqueleto formado. Uno de los nombres que se ha valorado de los ofrecidos es el del escolta checo David Jelinek, que la pasada temporada estuviera en el Laboral Kutxa. Su participación en los esquemas de Scariolo se fue reduciendo conforme pasaban la temporada y acabó siendo un jugador poco empleado por el ex técnico del Unicaja. Buen tirador, tras su irrupción en el Joventut se convirtió en un jugador cotizado. Firmó por un equipo turco, el Edin Olirne, del que fue reclutado por el cuadro baskonista. No hay que perder la perspectiva de que es un jugador cupo porque jugó en el junior del Joventut. Un aspecto que siempre suma. Si Joan Plaza quiere informes, lo tiene asequible. Su cuñado, Salva Maldonado, le entrenó una temporada en Badalona y desplegó su mejor juego.

Su agente, Phillip Parun, que tiene buena relación con el Unicaja después del paso por Los Guindos de Sam Faifr y Jan Svandrlik, amén de los tanteos por Satoransky, puso sobre la mesa la opción, pero la petición económica inicial está por encima de lo que el Unicaja manejaría por ese jugador extra. Forma parte también la estrategia.

Con el paso de las semanas se cierran unas puertas y se abren otras. Hay jugadores interesantes sin equipo, caso de Kostas Vasileiadis, con cuyos agentes se dialogó con fluidez a principios de la postemporada. Su caché es elevado por su trayectoria, pero es un caso parecido al de Carlos Suárez la pasada temporada. Jelinek es un perfil que gusta, pero no el único disponible. El Consejo echó el candado a la plantilla, pero Plaza confía en abrirlo.