La temporada de Mindaugas Kuzminskas está respondiendo a los expectativas de lo que se esperaba hace año y medio cuando se acometió su fichaje, larvado casi desde estas alturas de temporada en 2013. Segundo máximo anotador del Unicaja, con 10 puntos por encuentro en 20 minutos en pista, está cogiendo peso en el equipo, cada vez juega minutos más importantes y es una solución diferente en los ataques de Joan Plaza. Evidentemente, sus prestaciones no pasan por alto.

El Unicaja tiene una opción para renovar unilateralmente al alero por una temporada más. El jugador tiene su cláusula de salida, cifrada en 750.000 dólares para la NBA y un millón para un conjunto europeo, aunque las cifras bailen algo entre la moneda americana y la europea según a quien se pregunte. El asunto es que ya se sientan las bases para un nuevo contrato con el que blindar al talentoso jugador báltico. Al menos, con el que las dos partes se sientan más cómodas. Kuzminskas vería aumentados sus emolumentos para ser de los jugadores mejor pagados de la plantilla y el club se garantizaría una cláusula de rescisión mayor. Al estilo de lo que pasó con Dragic, al que se renovó pocos meses antes de que se marchara a la NBA.

La Liga norteamericana es el sueño de Kuzminskas, más de una vez lo ha confesado. "Cada uno aspira a lo mejor en su trabajo. Y lo mejor en el baloncesto es jugar en la NBA", dice el alero, que ve cómo compañeros de selección como Valanciunas y Motiejunas están haciéndolo muy bien en Toronto y Houston y tiene un contacto semanal con Domas Sabonis, al día de lo que pasa en el Unicaja mientras realiza grandes actuaciones en su primer año en Gonzaga. Es frecuente contemplar a ojeadores de la NBA en el Carpena y Kuzminskas es junto a Granger el más vigilado en el Unicaja. No hay interés formal de ninguna franquicia y se baraja la posibilidad de que asista a las ligas de verano en julio. Pero todo queda supeditado a cómo acabe la temporada. El agente en España de Kuzminskas, Arturo Ortega, estuvo reunido en Las Palmas con Eduardo García y Ángel Bordes. Él fue quien realizó su fichaje con el Unicaja desde el Zalgiris.

La predisposición de Kuzminskas es quedarse alguna temporada más. Ve cómo su importancia en el equipo crece y cómo Málaga es un sitio ideal para desarrollarse. Su cláusula de salida para Europa, en la coyuntura actual, no tendría muchos posibles pagadores. Aunque es verdad que el puesto de alero alto es una carestía en el baloncesto actual. Y clubes como Barcelona o Real Madrid han dado algunos tumbos y echan de menos a Papanikolau o Singler, por poner nombres a jugadores en esa posición con más de dos metros que han tenido recientemente.

El aterrizaje en la ACB de Kuzminskas que Joan Plaza ha llevado con mimo a se puede decir que ha surtido su efecto aunque en algún momento se le haya reprochado que no lo emplee más. Se ve el mejor Kuminskas aunque se le adivine un techo muy superior. Dentro de la idea de un equipo de continuidad en sus piezas, el lituano, al que ya dirigió en el Zalgiris, entra de lleno, además con cada vez más galones.

El Unicaja labra la continuidad del lituano, quien a sus 25 años está aún lejos de su madurez como jugador. Los informes de los scouts de la NBA señalan que le falta un punto de dureza, pero está presente en los archivos de muchas franquicias. La idea de contrato que se plantea es uno nuevo de dos años prorrogables con sus cláusulas de salida tras cada verano. Al menos, para tenerle un año más en Málaga.