A la espera de conocer los datos que arroja el cierre del año hidrológico (concluido ayer), la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio ya prepara un paquete de medidas para tratar de paliar las consecuencias que tendrá la falta de recursos hídricos en los pantanos de la provincia. Desde mediados de julio, el pantano de La Viñuela en la Axarquía está en situación de alerta sin que hayan mejorado mucho desde entonces los datos almacenaje, dada la escasa pluviometría. De ahí que este mes -plazo dado como margen para la convocatoria del decreto de sequía- se establezca un calendario que podría llevar aparejadas restricciones en el consumo de agua, sobre todo para el riego. La situación será abordada mañana en el Parlamento andaluz y para esta misma semana ya se ha convocado el Comité de Gestión, conocido como Mesa del Agua, en la que los responsables y técnicos de Medio Ambiente se sentarán con miembros del sector como sindicatos agrarios o comunidades de regantes para consensuar las medidas a adoptar.

La declaración de sequía de una zona le corresponde a la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio y supone establecer las condiciones de uso y restricciones para la gestión eficaz de los recursos hídricos. Para ello se utilizan una serie de indicadores como son los pluviométricos y los de la escasez de recursos almacenados frente a las demandas de agua. En este sentido, administraciones y regantes tienen claro que hay que tomar medidas para preparar y paliar la situación en caso de que ésta empeore.

Fuentes de la administración autonómica reconocen que los embalses de las Cuencas Mediterráneas Andaluzas presentan "una situación complicada", como consecuencia de casi cuatro años consecutivos muy secos, habiéndose alcanzado niveles mínimos históricos de precipitación en algunas estaciones.

Los embalses de la demarcación almacenan 406 hectómetros cúbicos, encontrándose al 34,49% de su capacidad. Están dos puntos por debajo que el año anterior y 14 por debajo de la media registrada en los diez últimos años, que rondaba los 570 hectómetros cúbicos, con un 48,43% de almacenamiento.

Estas mismas fuentes explicaron que los escenarios previstos para el año hidrológico que comienza determinan que tan sólo "en un caso extremadamente desfavorable", con unas precipitaciones que no superen 25% de la media, se terminaría en situación de alerta.

La Costa del Sol Occidental, plantea una situación de embalse similar, o un tanto por debajo, a años anteriores, y cuenta con recursos para atender la demanda, ya que podría cubrir también con la desaladora de Marbella y la Estación de Tratamiento de Aguas Potables de Arenillas. El sistema Guadalhorce-Limonero también se encuentra "en situación difícil". Así, según reconocen desde Medio Ambiente, cualquier escenario que no supere las aportaciones medias históricas en este nuevo año hidrológico, podría llevar a una situación de alerta o emergencia.

El sistema Viñuela-Axarquía es uno de los más preocupantes. Las últimas precipitaciones registradas han supuesto unas aportaciones de 22,9 hectómetros cúbicos, tan sólo el 38,3% de la media. Actualmente cuenta con 44 hectómetros cúbicos estando al 26,77% de su capacidad, que llega a los 165. Desde la administración autonómica son conscientes de que las posibilidades de entrar en alerta "son elevadas".

La situación de este pantano, que suministra a gran parte de los municipios de esta comarca, ha obligado a la Consejería de Medio Ambiente a iniciar obras de emergencia para conectar los pozos del río Chíllar a la red de abastecimiento del sistema La Viñuela, que aporta unos 2,5 hectómetros cúbicos al año, lo que supone apenas un 15% de lo que se está gastando; la limpieza del túnel del río Rubite y posibilitar que se usen para riego las aguas regeneradas de las depuradoras de Vélez y Algarrobo. Además desde abril se iniciaron las primeras restricciones en el riego para las comunidades de regantes durante un día a la semana.