La 'reconquista' del Benítez, 93 años después
urbanismo
El Pleno acordó en 1924 comprar 28 hectáreas de suelo para cederlas al Ministerio de la Guerra; hoy la ciudad recupera la parcela como parque, aunque en una situación precaria
El próximo 30 de julio se cumplirán 93 años desde el día en que el Ayuntamiento de Málaga, con el doctor Gálvez Ginachero al frente, acordó la compra por unas 50.000 pesetas de 28 hectáreas de suelo rústico situadas en la Vega de Churriana para cederlas al Ministerio de la Guerra. La finalidad de aquella adquisición no era otra que servir como asentamiento provisional de un campamento militar para parte de la reserva del Ejército de África. La iniciativa incluyó una cláusula para que una vez finalizase el uso militar de los terrenos fuesen revertidos a la ciudad. Pero esta prevención fue eliminada apenas un año más tarde por el propio Pleno, lo que cerró las puertas a que la parcela fuese devuelta.
93 años después de estos hechos, Málaga reconquista el suelo del Benítez. Lo hace tras ser derrotada en numerosas ocasiones en la vía judicial, adonde acudió tratando de hacer valer su derecho a recuperar el suelo tras el cierre de las instalaciones militares, abiertas hasta el año 1990. Y lo hace tras negociar y firmar a finales de 2013 un acuerdo con el Ministerio de Fomento que aceptaba ceder el antiguo campamento a cambio de que el Ayuntamiento se hiciese cargo del mantenimiento de más de 30 kilómetros de carreteras. La entrega siempre queda condicionada a que el fin del suelo sea el de parque.
El valor simbólico de la apertura hoy de las puertas de la finca a los ciudadanos excede en mucho el elemento material de sumar una zona verde forestal en condiciones precarias. La oferta de la misma a los vecinos se produce con carácter provisional evidente ante la incapacidad del Ayuntamiento de haber avanzado en la transformación de todo el espacio en un parque.
A ello contribuyó la prolija tramitación administrativa que tuvo que desarrollarse para disponer del plan especial del sector, que necesitó de más de dos años antes de ser aprobado definitivamente por la Junta de Andalucía. Una administración que hoy mantiene en suspenso la aprobación del proyecto de encauzamiento alternativo del arroyo Cañuelo, clave para que el Consistorio pueda aprobar el proyecto de urbanización de la parcela. Todo ello con una inversión prevista de unos 4 millones de euros, con los que se pretende adecuar la estampa presente de la antigua parcela militar. Este hecho fue resaltado ayer por el alcalde, Francisco de la Torre, durante la celebración del Consejo de Administración de Urbanismo, en el que el concejal del PSOE Sergio Brenes realizó un ruego sobre este asunto. El regidor aprovechó para acusar directamente a la Administración regional del retraso acumulado en el proyecto del parque del Benítez. "Aún no nos han dado autorización al proyecto para desviar el Turia", llegó a decir de manera claramente irónica, cuestionando la exigencia de la Consejería de Ordenación del Territorio de realizar un cauce alternativo del arroyo Cañuelo para adaptarlo a un periodo de retorno de 500 años en caso de inundaciones.
"Nunca tuve noticias de que el Benítez se inundase; el campamento ha vivido ajeno a eso y ahora resulta que hay que resolver los problemas de ese espacio", se quejó De la Torre, quien defendió que mientras se desbloquea este último trámite, antes de poder afrontar la transformación verdadera de la parcela, "trataremos de que sea útil".
Para ello, desde finales del pasado mes de abril, diferentes áreas municipales vienen acometiendo tareas de adecuación del terreno, caso del saneamiento de la masa arbórea, retirada de árboles y ramas en mal estado, la creación de una bóveda de sombra, la instalación de una veintena de papeleras y veinte unidades de bancos con mesa; además de dos paneles informativos. Asimismo, se ha dispuesto una explanada para posibilitar el aparcamiento de unos 200 vehículos. También se han acometido labores de mejora de la seguridad, con el vallado de la balsa que iba a albergar un lago, descartado y que tendrá que ser cubierto; y la revisión de las vallas cerca de donde pasa el tren, además de compactar caminos y desbrozar la zona en su conjunto.
"Queremos que sea muy forestal y natural todo, como si fueras al campo", expuso el concejal de Medio Ambiente, Raúl Jiménez, quien puso como ejemplo el parque de El Pinillo, en Torremolinos. Por ello, defendió la ausencia de cuartos de baño. Tampoco se podrán realizar barbacoas y no se podrá entrar en coche. El parque permanecerá abierto todo el día, incluida la noche, y no dispondrá de vigilancia propia. Al Benítez, señaló, se podrá ir a correr, jugar, realizar actividades con colegios. La ausencia de ciertas instalaciones es criticada por el PSOE, que calificó de "chapuza" lo que pretende hacer el Ayuntamiento.
De hecho, el concejal del PP señaló que será la demanda ciudadana la que dará una idea de cómo seguir actuando en el parque, dando a entender que si la misma no es lo suficientemente numerosa podría descartarse la ejecución de las inversiones programadas en la actualidad.
La apertura se produce hoy con la presencia del alcalde, Francisco de la Torre, quien visitará las instalaciones acompañado del presidente de la Diputación, Elías Bendodo, y los concejales de Sostenibilidad Ambiental, Raúl Jiménez; de Servicios Operativos, Teresa Porras; y de Churriana, María del Mar Martín Rojo.
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