Cultura

Jardiel en las esencias del séptimo arte

  • Enrique Gallud Jardiel revisa la aportación al cine del autor de 'Eloísa está debajo de un almendro' .

Invita, todavía, el epitafio de Enrique Jardiel Poncela (1901-1952) a morir si es que alguien quiere recibir los mayores elogios. Pero lo cierto es que, más de medio siglo después de aquella advertencia, y muy a pesar de las reediciones de su obra literaria en los últimos años (el empeño de algunas editoriales como Blackie Books y Rey Lear sigue siendo digno de elogio), el autor de Eloísa está debajo de un almendro, renovador esencial de la comedia en el siglo XX, es un gran desconocido en el confuso magma de la cultura española contemporánea. Existen posibles razones al respecto, desde la escasas oportunidades que se brindan a su repertorio teatral (con la excusa habitual de que sus obras requieren producciones costosas y no está el horno para bollos) hasta la torpe sospecha ideológica. Pero si existe un ámbito de Jardiel Poncela relegado al olvido, ése es el cinematográfico, por más que el autor depositara en el séptimo arte su mayor empeño como guionista y como realizador, tanto en España como en Hollywood. Ahora, Enrique Gallud Jardiel, escritor prolífico y nieto de nuestro hombre, acaba de publicar El cine de Jardiel Poncela, monografía publicada por la editorial malagueña Azimut y presentada ayer en Málaga.

Jardiel Poncela debutó como guionista en Es mi hombre (1927), de Carlos Fernández Cuenca, para quien adaptó la obra teatral del mismo título de Carlos Arniches. Algunos años después se marchó a Hollywood y se incorporó al equipo de guionistas de la Fox, donde llegó a trabajar para Raoul Walsh (El beso redentor, de 1932) y donde también dirigió sus propios filmes (al año siguiente hizo lo propio con El amor de una secretaria, adaptación de la película muda de Langdon West For the man she loved). También en Hollywood, de donde regresó en 1935, adaptó su propia obra teatral Angelina o el honor de un brigadier, codirigida con Louis King. El volumen de Gallud Jardiel, rico en apuntes e ilustraciones, contiene fragmentos de guiones, argumentos de películas a vuelapluma y escritos en los que Jardiel Poncela dio buena cuenta de sus impresiones sobre el cine y la industria, cargado de ironía. Un festín servido para el recuerdo.

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