Postales desde el filo

Demolición

Pedregalejo, tal como lo conocemos, se consolidó mediante la autoconstrucción en suelos de dominio público

El paseo marítimo de Pedregalejo ha vuelto a la actualidad por el cierre de uno de sus más emblemáticos locales y el reciente anuncio de un proyecto municipal de transformación urbana de la zona. En sus noventa años de vida El Lirio ha atravesado etapas muy diferentes. De los muchos avatares vividos en esas décadas, me han venido estos días a la memoria unos acontecimientos ya casi olvidados: cuando en los años 70 el Ayuntamiento planteó la demolición del antiguo barrio de pescadores. La justificación de una propuesta tan extrema era la continuidad del paseo marítimo como parte del proyecto de construcción de lo que hoy es la avenida de Salvador Allende, sobre los terrenos del viejo ferrocarril a Vélez. Probablemente sea un asunto que sólo perviva en la memoria de quienes de una forma o de otra estuvieron implicados. Los afectados o quienes se solidarizaron en defensa del barrio. Fue finalmente un gran triunfo del movimiento vecinal, aunque los planes municipales eran, por sus consecuencias sociales y políticas, de muy difícil ejecución. La propuesta que ponía de manifiesto la falta de realismo de una deslegitimada Administración municipal representante de la, ya por entonces, tambaleante dictadura. Lo cierto es que la barriada, tal como la conocemos hoy, se fue consolidando mediante la autoconstrucción de viviendas en suelos de dominio público. Ya con un ayuntamiento democrático se legalizó la precaria situación de las viviendas mediante el PGOU. La barriada no sólo sigue en pie sino que constituye uno de los lugares privilegiados de la ciudad.

El pasado domingo, Pablo Bujalance titulaba su crónica Pedregalejo: extinción de las esencias. Narraba con su habitual ironía y lucidez un paseo por ese espacio marítimo en el que conviven con cierta naturalidad la tradición y su contrario. Afirmaba que "no tendría sentido hacer del mismo un lugar pintoresco, tradicional y malaguita". Lo cierto es que, además de los problemas concretos de los que se ha hablado en estos días, el aspecto que presenta actualmente la zona no se corresponde a las ambiciones turísticas de la ciudad. En la información sobre el proyecto de renovación de los paseos del Pedregalejo y el Palo no se disipan las dudas sobre su financiación. El Ayuntamiento lleva años solicitando la colaboración de la Junta para un proyecto, que si bien es de carácter municipal, persigue complementar de forma significativa la oferta turística de la ciudad. Veremos.

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