Perdonar en Madrid

Por primera vez pierde pie la teoría de la sanidad como joya de la corona en Andalucía

La Junta acaba de anunciar su intención de abrir un nuevo hospital en Málaga. Eso, naturalmente, no significa que tengan intención de abrir un nuevo hospital en Málaga, pero sí que supone una culpa manifiesta, en toda regla. Por primera vez pierde pie la teoría de la Sanidad como joya de la corona en Andalucía, y por primera vez hasta la propia corona parece que se tambalea. "La soberbia no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande pero no está sano", decía San Agustín, sin duda pensando en Susana y su Sanidad. En política, por más que digan, se puede engañar a todos todo el tiempo, pero hay que dedicarse a ello en cuerpo y alma, y Susana hace mucho que no se sabe si está a rolex o a setas, si sube o si baja. Empieza a parecer un gallego de libro, en vez de una andaluza de raza, quizá a fuerza de tanto confraternizar con Mariano, que ha pasado de ser su archienemigo a parecer su gran maestro, y amigo. Una mala elección, seguro que le hubiera ido mejor con Yoda, "no lo intentes, hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes", que además resultaría mucho más corporativo, con los colores de nuestra amada bandera.

Pero una vez más parece que venció el lado oscuro, y muy oscuro debe estar realmente, porque Susana no parece tener ni idea de dónde está ni hacia dónde va. El peronismo rociero, como lo llamó genialmente Carlos Mármol, ha desinflado en un marianismo vocinglero y bullanguero. Que voy, que no, agarradme, venga, que sí, que voy, espera, no, mejor no. Siempre mañana, pero nunca mañanea, que diría Lope. Y eso deja un molesto regusto de indecisión, de falta de carácter y hasta de indolencia, como el de su querido maestro de la antípoda pontevedresa. Un regusto que, como advierte el Apocalipsis, no suele gustar a nadie, "porque eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca". Y la Biblia ya saben que va a misa.

Por si fuera poco, mientras el gato se lo piensa, los ratones andan de festín por la mesa, como Pedro por su casa. Pedro Sánchez, se entiende. Que le ha empatado en el minuto noventa y Ramos, y veremos si no le da un buen susto en la prórroga. Susto que, sin duda, merece, por tener al PSOE y a Andalucía empantanados de marianismo e indecisión. Y es que, como diría el maestro Rajoy, cuando se perdona tanto en Madrid, se acaba pagando muy caro.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios