Postales desde el filo

Saltar la valla

Este 2017 será recordado como el año en el que los independentistas saltaron la valla

En los años sesenta la antipsiquiatría invitaba a los internos a abandonar los psiquiátricos bajo la consigna "saltar la valla". Este 2017 que se nos va será recordado como el año en el que los independentistas catalanes "saltaron la valla". Uno de ellos, el más votado, anda por Bruselas y quiere ser investido para ejercer la presidencia por Skype. Bueno, tampoco es tan raro, por ese mismo soporte mi mujer y yo ejercemos de abuelos. Claro que mis hijos no saltaron ninguna valla y, a diferencia del "exiliado", viven en el mundo real. A mi me resulta curioso que los medios de comunicación traten a Puigdemont como un tipo normal, a pesar de los evidentes síntomas de que no lo es. Hace unos días emplazaba al presidente Rajoy a reunirse con él en un país neutral para tratar sobre la construcción de la república Catalana. Nadie creyó que tal cosa fuese a suceder (ni la reunión ni la república) pero tampoco ninguno de los que se lo toman en serio criticó, más allá de la boutade, la absurda arrogancia de presentarse ante el mundo como quien representa a todos los catalanes cuando sólo lo ha votado por el 21%. Que el ex presidente de la Generalitat sea el personaje del año lo dice todo de estos doce meses.

Aunque en realidad lo de Cataluña no deja de ser una manifestación más de los malos tiempos que vivimos: Trump, Brexit, el auge de la extrema derecha, el resurgir del nacional populismo, etc. Por todo ello, el año que empezará pasado mañana llega cargado de incertidumbres. Padecemos los efectos retardados de las consecuencias políticas de la crisis de 2007. Aunque no parecen tan devastadora como lo fue la Gran Depresión, aún no sabemos hasta donde llegarán sus consecuencias. La gran recesión se originó en USA, en el corazón del capitalismo, y el tsunami político y social que desencadenó también tuvo allí su primer síntoma preocupante: la elección de Trump. Como también los polvos de los que vienen estos lodos cuando hace casi medio siglo, con la crisis del petróleo, llega Reagan a la Casa Blanca, surge el neoliberalismo y se produce la quiebra del contrato social.

Pero volvamos a hoy. Entramos en 2018 con el bloqueo institucional de Alemania, elecciones en Italia, La extrema derecha gobernando en Austria, España amenazada por el independentismo catalán, etc. A la UE, apremiada por el repliegue nacionalista, le espera una difícil prueba. Veremos. Les deseo una feliz entrada de año.

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