Un desarrollo cronológico ya visto en El Maulí. El Antequera abusó de fútbol, pero adoleció de puntería ante un Algeciras que rescata tres puntos de oro (0-1). Víctima de su falta de pólvora, quizá ese paso que reste para que los de Javi Medina sea un equipo de mayor altura. Segunda derrota seguida, que no es alarmante porque la imagen siguió la línea del primer tercio de curso, pero es una advertencia para lo próximo. Los triunfos ya suponen mayor coste, equipo que ya se tiene estudiado, por lo que se exigen una evolución para mantenerse en esa zona alta. Mentalmente es un desafío, cambio de dinámica y ver cuánto tiempo le conlleva al Antequera sumar tres, aunque el crédito es amplio por las prestaciones mostradas. Sí es un problema esa falta de gol al ser recurrente, solución cuando el fútbol no aparece. Buen partido en El Maulí, dos equipos distintos en la Primera RFEF.

Sí un desenlace amargo porque el Antequera estuvo fluido a partir del gol de Eric Montes al tercer minuto de partido, remate tras un córner donde faltó dureza, más comunicación en el área. Algo perezoso el equipo antequerano en el primer tramo, pero recibió bien ese golpe y se hizo dueño, aunque las ocasiones tardaron en llegar. Emergió el poderío de Lucho García, meta del Algeciras, para barrer todo lo que llegaba. Luismi Redondo, Destiny o David Humanes probaban, pero sin certificar un empate que habría sido balsámico antes del descanso. El Algeciras se ordenaba, equipo bien trabajado, pero que se fue reduciendo; El Maulí es una plaza de primera en la categoría.

Se fue acentuando ese dominio, campo volcado, pero esa misma barrera de Lucho García. No con oportunidades en avalancha, pero sí en un último tercio de partido desconcertante. Antes el Alegeciras pudo hacer el segundo, Zequi definió bien ante Kameni, pero Fomeyem salvó bajo palos. El central africano poco después erró el empate, replicando esa misma acción Diori, apareciendo en línea de gol. Javi Medina introdujo a Solano y Loren Buron, toda la artillería, pero el estado de ansiedad era máximo. Negados y un 0-1 que será constructivo en el futuro, pero que evidencia el gran defecto de los antequeranos. Impotencia, aunque escaso margen para lamerse las heridas: viene el Huesca en la Copa el miércoles (12:00 horas); gran oportunidad para dar un golpe y salir del ligero valle.