Al mediodía de ayer el Unicaja oficializaba la llegada de Caleb Green, una vez recibida la última firma en Los Guindos. Un fichaje pactado desde hace una semana pero con los clásicos flecos colgando, ya resueltos. El ala-pívot de Tulsa viene, a expensas del reconocimiento médico que pasará el próximo 20 de agosto, fecha prevista para su llegada, para una temporada con opción a otra más. Él quería dos años, el Unicaja ofrecía uno a expensas de cómo se adapte a la competición y se llegó a la solución intermedia usual en estos casos.

Green no era la primera opción, ni la segunda ni la tercera para ser el ala-pívot de referencia. Pero no hay decepción en el seno del Unicaja, se cree que es un jugador que puede dar un gran rendimiento. "No tendrá los picos de Caner-Medley pero será más regular", es el augurio que se ofrece cuando se pregunta a quien le ha visto decenas de partidos en el Dinamo Sassari. Jugó allí en un hábitat que potenció sus cualidades y sus números. Un equipo que jugaba a 85 puntos, contrariamente a los cánones del baloncesto de hoy, con prevalencia del ataque sobre la defensa. Calcó los 30 minutos por partido en la Lega y la Eurocup, con 17.3 tantos en la competición doméstica y 19.3 en el segundo torneo continental. Ese juego le valió a su equipo para ser campeón de Copa y tercero en la Lega, con billete para la Euroliga incluido por la desaparición del Montepaschi.

La constatación del fichaje de Green recuerda que el caladero en el que más ha pescado el Unicaja en este verano ha sido la segunda competición continental, la Eurocup. Ahí jugaron Green, Golubovic y Markovic. El montenegrino fue el segundo máximo anotador (mejor valorado) y el norteamericano el tercero (quinto valorado). El papel de Markovic numéricamente fue más discreto.

Seguramente estas contrataciones, más la de Will Thomas, enseñan una realidad del Unicaja. Los tres son jugadores en teórica plenitud (de 26 a 29 años), con hambre por jugar en la Euroliga, en la que si han participado ha sido de manera inconstante o testimonial. Son económicamente de un perfil parecido, en la progresiva adaptación del presupuesto del Unicaja a los nuevos tiempos. También se tiende a la homogeneización, a que los roles de titulares y suplentes se diluyan, a que todos, los 10 principales jugadores que se completan con Green, jueguen entre 15 y 25 minutos salvo casos excepcionales. Así se detecta en sus sueldos, de nivel parecido, nada inflado, todos llegan con retribuciones inferiores a al menos cuatro de los jugadores que ya estaban en plantilla.

Green llegará la semana previa al inicio de la pretemporada para realizar las pruebas médicas y los tests físicos así como para encontrar vivienda y estar ya presto para el lunes 25 de agosto para iniciar el trabajo a tiempo completo a las órdenes de Joan Plaza. Los 10 fundamentales están ya firmados. Ahora quedan los dos últimos pespuntes.