Doce segundos dan tiempo para hacer muchas cosas. Y si no que se lo pregunten a Baha. El delantero franco marroquí anotó el único gol del Málaga ante el Cádiz en ese reducidísimo espacio de tiempo ante la parálisis de un Ramón de Carranza que no se creía lo que había sucedido. Nada más sacarse de centro Jesús Gámez buscó en largo a Salva, que peinó hacia la posición de Calleja. El madrileño tocó hacia Baha, que batía a Contreras con un fulminante tiro cruzado. Era la jugada perfecta, aquella que el franco marroquí también convirtió en gol cuando en el partido ante el Las Palmas todavía no se había cumplido el primer minuto de juego de la segunda mitad.

¿Ensayada o casualidad? Ésa era la pregunta que se hacían ayer los aficionados del Málaga cuando Baha marcaba el único tanto del partido. Muñiz, al término del mismo, desvelaba que era un movimiento ensayado en los entrenamientos y que los jugadores la interpretaron a la perfección. "Algunas veces sale y otra no, pero este tipo de lances son frutos del trabajo", dijo el asturiano.

Lo cierto es que hay que remontarse a la temporada 2001/2002 para rescatar un gol de una factura similar. En aquella ocasión el protagonista fue Darío Silva, que en sólo ocho segundos marcaba el gol más rápido en la historia de la Liga, igualando la marca que ostentaba el valencianista Diarte en un partido contra el Elche de la temporada 1976/1977. Con su tanto, Baha, sin quererlo, entraba en la historia del Málaga, aunque para él ese tipo de datos carecen de valor. "Lo más importante es que mis tantos sirvan para ganar partidos", se encarga de repetir hasta la saciedad cuando se le cuestiona por su capacidad goleadora. Su definición recuerda al tanto que marcó Peragón en Mendizorroza. En aquel encuentro el madrileño marcaba en la primera pelota que tocó cuando apenas llevaba sobre el campo un minuto. Ya en su debut con la camiseta del Elche el madrileño también marcó un gol en el primer balón que controlaba.

Lo cierto es que con su tanto el Cádiz, Baha se coloca al frente de la tabla de goleadores malaguistas -con seis tantos- igualado con Salva y Antonio Hidalgo. La semana pasada el delantero avisaba de que tanto él como el maño estaban preparados para ofrecer su mejor versión y que sólo los problemas con las lesiones habían impedido que la pareja de arietes titular del equipo gozara de una mayor continuidad.