Elecciones municipales

Las horas más difíciles de Dani Pérez en el PSOE de Málaga

Dani Pérez atiende a los medios tras conocer los resultados del domingo.

Dani Pérez atiende a los medios tras conocer los resultados del domingo. / Carlos Guerrero

Perder una final de Champions que tenías ganada en el minuto 85, calabazas de la chica que te gusta después de invitarla a cenar, o la noche que dejaste en aquel baño el anillo que había pasado de generación en generación y nunca más volviste a ver. Una mezcla de todas estas sensaciones juntas debió sentir Dani Pérez, candidato del PSOE a la Alcaldía de Málaga y secretario general de la provincia el domingo por la noche mientras el escrutinio avanzaba y los socialistas perdían las posibilidades de desbancar a De la Torre de la Casona del Parque. Y no sólo eso, los resultados en los bastiones importantes que pensaban mantener no arrojaban ninguna alegría, sólo Mijas se mantuvo y dependen de alcanzar pactos para gobernar. 

En esa tesitura apuró Pérez al máximo, hasta pasada la medianoche, para atender a los medios y dar explicaciones y una lectura de qué pudo o no pasar para tan aciago resultado. Tenía experiencia Pérez, sólo once meses antes tuvo que dar la cara por unos resultados similares tras las andaluzas. 

Pese a ello, la forma de encararla era totalmente distinta, "antes de la elecciones andaluzas íbamos a ver de cuánto perdíamos, lo veíamos en la calle, estas elecciones las impresiones eran distintas", señalan varias fuentes socialistas. No sólo en la capital, donde Ferraz puso todo lo que tuvo para lograr un cambio que no estuvo ni cerca de producirse, sino más lejos que hace cuatro años. 

Pese a ello, la sensación que se entreve en los socialistas, sobre todo después del anuncio de Pedro Sánchez de adelantar las generales al 23 de julio, es que el liderazgo de Pérez en la capital y en la provincia está más que asentado. Filas prietas, huida hacia delante y ya se verá en agosto, con los resultados de las nacionales en la mano. 

En el PSOE el runrún es que la culpa del mal resultado la tiene la "baja participación" –unas décimas menor que hace cuatro años, cuando obtuvieron dos concejales más–, pero también el "voto de castigo y en clave nacional" para protestar contra el Gobierno central. Lo que Pedro Sánchez te da, Pedro Sánchez te lo quita. Con una mano aporta credibilidad y respalda la promesa de construir 10.000 viviendas asequible, por otra parte moviliza el "que te vote Txapote" que le gritaron cuando fue al colegio electoral a depositar su voto el pasado domingo. Unos fangos que proceden de los lodos de una sociedad altamente polarizada

Sin embargo, la proximidad de los comicios le otorga el balón de oxígeno de un par de meses que diluya la sensación de proximidad y responsabilidad del malagueño, que salva sus segundos comicios del ciclo electoral consecutivos a la baja. Tendrán que depurar las responsabilidades y analizar los motivos por los que no han sido capaces de movilizar a su electorado. En todos los distritos se han visto sobrepasados por los populares, incluidos en los que solían ser caladeros de su voto. 

Ni en Carretera de Cádiz o en Churriana consiguieron un mejor resultado que su principal rival. "Los resultados son malos, tenemos que decirlos como son", afirmaba Pérez tras entrar, de hombros caídos y semblante serio que trataba de disimular, a la sala donde le esperaba la prensa. Apuntó a su vez que harán una oposición seria. Una semana antes, la única posibilidad que veía en el horizonte era ser el próximo "alcalde de los barrios". 

Se mantiene la calma y ninguna voz socialista ha dudado de su líder. También cuenta con el respaldo de Juan Espadas a nivel andaluz, que le ha estado apoyando durante toda la campaña. De momento, son dos varapalos electorales los que ha recibido. Dos noches largas. Horas difíciles. Y ya van dos. 

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