Jaime de los Santos: “Mi próxima novela será quizás una historia de terror sobre Sánchez”
Escritor y diputado nacional del PP
Hay vida de calidad más allá de la política. Jaime de los Santos (Madrid, 1978) se sienta cada lunes en el comité de dirección del PP nacional, los conocidos como ‘maitines’.Tiene experiencia de gobierno como consejero de Cultura en Madrid y es un apasionado del arte y de la literatura. Acaba de publicar una nueva vovela El evangelio según Caravaggio (Contraluz).
Pregunta.–Historiador del arte, escritor y político. Así visto, quizás hubiera encajado más y mejor en otro momento de la historia de España, ¿no? Tal vez cuando la política estaba más prestigiada.
Respuesta.–Lo importante es que, entre todos, consigamos que la ciudadanía entienda que la política además de necesaria es un sacrificio personal que en la mayoría de los casos ni siquiera está pagado; piense en los cientos de alcaldes que se desviven por sus vecinos sin recibir nada a cambio. Y una responsabilidad enorme. Y un desafío que lo que único que debería buscar es, eso, el bien común. Pero, claro, con personajes como Ábalos, Cerdán o el propio el Pedro Sánchez… resulta difícil de demostrar.
P.–¿Qué hace un chico como usted en un sitio como éste?
R.–Eso mismo me preguntó el presidente Feijóo el día de la presentación de mi novela, El evangelio según Caravaggio (ríe). Y le digo lo mismo que a él: cuando la política se hace bien persigue lo mismo que la cultura, cambiar el mundo. Eso hago aquí.
P.–En su nuevo libro el gran protagonista es Caravaggio. ¿En qué se identifica usted con el perfil de un pintor de vida tan corta, pero tan intensa y convulsa?
–Sin duda en la intensidad. Y en la permanente búsqueda de la verdad; a cualquier precio. Y en el amor absoluto a la belleza. Y, sinceramente, también en lo de no acatar todas las normas todo el tiempo. Lo que pasa es que Caravaggio era un ser excepcional que cambió para siempre la historia del arte y yo sólo soy un hombre que cuando escribe es profundamente feliz.
P.–¿Italia es tal vez su nación favorita para viajar fuera de España?
R.–Italia es ese lugar en el que no me importaría perderme. Y no sólo en la Roma de Caravaggio y Pasolini. También en Florencia. O en Siena, como Hisham Matar. O en la Nápoles de Sorrentino. No se lo va a creer, pero cada vez que viajo a Italia descubro un nuevo pueblo, una nueva calle, una capilla que no había visto antes, y… me enamoro más aún.
P.–Dígame la verdad, ¿Se habla de literatura en los pasillos del congreso?
R.–Yo sí. Y con compañeros de toda ideología. Por ejemplo con Pilar Vallugera, diputada de ERC, he hablado mucho de mi novela; y de la anterior. Y con Sofía Acedo o Juan Diego Requena (diputados por Melilla y Jaén) sobre cada cosa que leemos.
P.–Sentarse a escribir, cuidar el uso del lenguaje como hace usted, debe ser toda una experiencia después de estar arreándole estopa al gobierno en la Cámara Baja, o en una conexión con un programa de televisión nacional. El contraste debe ser fuerte, ¿no?
R.–Si se fija, en todas mis intervenciones cuido igualmente el lenguaje. Y si llamo putero a Ábalos o a tantos y tantos socialistas es porque es lo que dice la RAE que son aquellos hombres que van con mujeres prostituidas. El lenguaje está para utilizarlo. No hay que tenerle miedo. Y yo lo uso con exquisito cuidado, pero también con toda la contundencia.
P.–Cuentan que no le importaría en ser el primer gay en ser embajador de España ante la Santa Sede y la Orden de Malta.
R.–El primero que se sepa… (ríe). Que váyase usted a saber los gustos de todos los que han pasado por ese palacio maravilloso que, por cierto, está en el que, en tiempos de Caravaggio, era el barrio que ocupaban los artistas. Y esto de la embajada es una broma que me gastó Susanna Griso durante las exequias del Papa Francisco y la entronización de León XIV. Fui el encargado de retransmitir gran parte de los acontecimientos, en Espejo Público y en los especiales que preparó Antena 3, y ella, que además sabe que soy católico, me veía allí. Y después de la investigación exhaustiva que he hecho para contextualizar bien mi novela… pues como que no me pareció mala idea.
P.–¿Hasta qué punto la política es un teatro y, además, de bajo nivel? ¿Se podría inspirar en la política actual al escribir su próxima novela?
R.–Federico García Lorca decía que el teatro es una tribuna libre donde los hombres pueden poner en evidencia morales viejas y equivocadas. Y cuando se está en la oposición, como yo en este momento, eso es lo que debe mover a un buen diputado. Pero no por destruir al oponente, no. Para exigirle que mejore, que se tome su labor en serio. Luego lo de los niveles depende de quien tome la palabra en cada momento. Y, a ese respecto, siento decirle que ministros como Puente o Montero se revelan como lo que son, representantes con un ínfimo nivel además de un absoluto fraude. Y sobre mi próxima novela… Cuando llegue… Quizá me inspire en lo que han significado Sánchez y sus adláteres para, como Mariana Enríquez, escribir una historia de terror.
P.–Sea profeta en su área, ¿lo que viene después del sanchismo es realmente mejor?
R.–En el último siglo, peor que Pedro Sánchez sólo fue la dictadura, y eso que él se parece cada día más a un autócrata. Lo que le va a tocar al próximo gobierno, que estoy convencido que estará encabezado por Alberto Núñez Feijóo, es recuperar las instituciones para los españoles, dar respuesta a los problemas reales de la gente y dejar de erosionar la imagen de España en el exterior. Lo que deseo es que, por el bien de todos, eso llegue cuanto antes.
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