España

Rubalcaba y Rajoy inician la cuenta atrás para el 20N

  • El líder del PP defiende la austeridad y la rebaja de impuestos y sitúa la confianza en la recuperación económica como garante del Estado de bienestar. Frente a él, un Rubalcaba que ha girado a la izquierda en la precampaña apuesta por la subida de impuestos a bancos y grandes patrimonios.

España entra la medianoche del jueves en campaña electoral para los comicios generales del 20 de noviembre, unos comicios marcados por la profunda crisis económica que ha dejado en el país cinco millones de desempleados, cifra récord en la historia española, y que ha hundido al PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero.

El presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, de 56 años, tiene ganadas las elecciones ya desde hace tiempo, según apuntan todas las encuestas, que le otorgan hasta 15 puntos de ventaja. Ni el cese del terrorismo de ETA, anunciado por la banda el pasado 20 de octubre, ha permitido recortar distancia al candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, de 60 años, pese a que muchos españoles reconocen al hasta hace muy poco ministro del Interior una importante contribución en el final de la violencia etarra.

La crisis económica y los recortes que el gobierno socialista ha hecho para afrontarla sitúan a Rajoy en posición de convertirse en el nuevo jefe del Ejecutivo español, tras haberlo intentado sin éxito frente a Zapatero en los comicios de 2004 y en los de 2008. El líder del PP podría llegar incluso a La Moncloa con el mejor resultado en la historia de su partido, siempre según los sondeos.

Sabedor del difícil reto que tiene por delante, Rubalcaba ha recordado en más de una ocasión que "no hay más batalla perdida que aquella que no se da". El jueves por la noche protagonizará en Madrid la tradicional pegada de carteles y ya el sábado pronunciará su primer gran mitin de campaña en Sevilla junto a dos pesos pesados del socialismo: el ex presidente Felipe González y el que fuera su segundo de abordo durante sus 14 años de gobierno, el ex vicepresidente Alfonso Guerra.

Rajoy, por su parte, ha elegido la localidad catalana de Castelldefels. Será la primera ocasión en la que el PP abra la campaña en Cataluña, una de las comunidades, junto a Andalucía, decisivas en las elecciones de 2004 y 2008 para el triunfo de los socialistas. En estos comicios, el PP confía también allí en unos resultados históricos. Rajoy ha centrado la precampaña en la crisis económica pero está logrando evitar hasta el momento concretar las propuestas de su partido para la gestión de la situación una vez llegue al gobierno. En lo que se refiere al ajuste del gasto, mantiene la ambigüedad, en el intento de evitar asustar a sus votantes. Y tampoco se pronuncia sobre cuestiones controvertidas como la ley del aborto.

El líder del PP defiende la austeridad y la rebaja de impuestos y sitúa la confianza en la recuperación económica como garante del Estado de bienestar. Frente a él, un Rubalcaba que ha girado a la izquierda en la precampaña duda de los beneficios de una austeridad estricta y apuesta por la subida de impuestos a los bancos y a los grandes patrimonios para usar el dinero recaudado como garantía de las políticas sociales y la creación de empleo. "¿De verdad alguien se puede creer que el señor Rajoy vaya a bajar los impuestos, con lo que está cayendo y la situación que tenemos en las finanzas europeas?", se preguntó este miércoles el ex vicepresidente.

La publicación de cifras económicas ayudará a mantener candente el tema de la crisis en la campaña. Este viernes, sin ir más lejos, el Banco de España ofrecerá una anticipación del PIB trimestral tan sólo unas horas después de la pegada de carteles. La próxima semana será el Instituto Nacional de Estadística el que confirme una cifra que se teme que regrese al rojo de una recesión que España dejó atrás a principios de 2010.

El próximo lunes, Rubalcaba y Rajoy tendrán oportunidad de contrastar y enfrentar sus propuestas para afrontar la crisis en un debate televisivo que no tendrá segunda vuelta y que no ha despertado tanta expectación como los que en su día colocaron frente a frente al líder del PP y a un Zapatero que tras las elecciones generales se retirará de la primera línea política. La gestión del aún jefe del Ejecutivo es la losa pesada y difícil de dejar atrás que arrastra en la campaña de Rubalcaba, político de grandes habilidades, reconocidas incluso por sus adversarios. Ha pertenecido al gobierno que ha aplicado los recortes más drásticos en la reciente historia de la democracia española y con frecuencia se enfrenta a la pregunta de por qué el Ejecutivo de Zapatero no tomó en su día las medidas que él propugna ahora para sacar a España de la situación en la que se encuentra.

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