El impresionante mirador natural que esconde Málaga y que puedes alcanzar con una ruta de senderismo sencilla apta para novatos
El cerro de Santi Petri, un balcón natural con las mejores panorámicas del interior malagueño
Una ruta accesible desde Almogía que combina naturaleza, historia rural y vistas infinitas
Un sendero tranquilo entre olivares, alcornoques y cortijos que conduce a un mirador de vértigo
La provincia de Málaga esconde rincones donde la naturaleza se muestra en toda su plenitud, paisajes que sorprenden incluso a quienes creen conocer bien su territorio. Entre los muchos senderos que surcan su geografía, hay uno que combina la belleza del entorno rural, el contacto directo con la naturaleza y la recompensa final de un mirador panorámico excepcional: el que conduce al cerro de Santi Petri, un enclave que ofrece una de las vistas más amplias y espectaculares de la provincia.
Este recorrido, de dificultad moderada y apto para senderistas sin experiencia, se desarrolla entre los ríos Campanillas y Guadalhorce, en un entorno agrícola que aún conserva el carácter auténtico del paisaje malagueño interior. El itinerario parte del municipio de Almogía, un pintoresco pueblo blanco enclavado entre colinas y olivares, al que se accede por una carretera serpenteante que anticipa la riqueza natural del entorno. Desde el propio casco urbano es posible iniciar la caminata, aunque esta opción añade algunos tramos de carretera al recorrido.
Quienes prefieran un punto de inicio más directo pueden tomar la MA-422 en dirección a Villanueva de la Concepción. Tras unos cuatro kilómetros, un desvío a la izquierda conduce al carril que lleva a la Ermita y Santi Petri. Un kilómetro más adelante, otra bifurcación a la derecha nos guía durante tres kilómetros hasta un bosque de alcornoques, donde resulta ideal dejar el vehículo y comenzar la subida a pie. A partir de aquí, la ruta de senderismo transcurre por un camino bien señalizado, integrado en la Gran Senda de Málaga, una red que conecta algunos de los parajes más valiosos de la provincia. El ambiente es sereno y rural: cortijos antiguos —algunos en desuso— salpican el paisaje y evocan el modo de vida tradicional del interior malagueño.
Un entorno privilegiado para la observación de aves
El ascenso hacia el cerro de Santi Petri atraviesa una zona de gran interés ecológico, especialmente para los aficionados a la observación de aves. Este entorno constituye un refugio invernal para especies rapaces como las águilas calzadas y culebreras, que encuentran aquí un hábitat seguro entre los valles y los bosques de alcornoques.
El recorrido permite disfrutar de una naturaleza intacta y silenciosa, en la que el paisaje se transforma poco a poco a medida que se gana altura. Las vistas se amplían con cada paso, y el horizonte se abre sobre un mosaico de sierras y pueblos blancos que caracterizan el interior de Málaga.
Dos caminos hacia la cima
Al llegar a los pies del cerro, el sendero ofrece dos alternativas para alcanzar la cumbre. La primera es una vereda empinada de unos 800 metros, más exigente físicamente pero ideal para el descenso. La segunda opción, más cómoda y gradual, consiste en seguir un carril que rodea la ladera norte del cerro de Santi Petri y enlaza con otra vereda más corta que conduce directamente al punto más alto.
Sea cual sea el camino elegido, el trayecto está acompañado por el aroma del campo y la sensación de avanzar hacia un lugar especial, donde el paisaje parece expandirse sin límites.
Un mirador natural con vistas infinitas
La recompensa final aguarda en la cima del cerro de Santi Petri, un auténtico mirador natural desde el que se domina buena parte de la provincia de Málaga. Desde este punto, la panorámica abarca un vasto territorio que incluye municipios como Alhaurín de la Torre, Cártama, Coín, Monda, Guaro, Tolox, Alozaina, Casarabonela y Álora.
También se distinguen las principales formaciones montañosas que definen el relieve malagueño: la Sierra de la Huma, la Sierra de las Nieves, la Sierra de Alpujata, la Sierra Prieta, las Sierras de Aguas, la Sierra del Valle de Abdalajís, La Joya, Camorro Alto, El Torcal, Las Cabras, El Codo, Camarolos, los Montes de Málaga y la majestuosa Sierra de Tejeda y Almijara.
El contraste de tonos verdes, grises y ocres se funde con la luz mediterránea, creando un espectáculo visual que resume la diversidad paisajística de la provincia. Pocos lugares ofrecen una vista tan completa y envolvente del territorio malagueño, lo que convierte al cerro de Santi Petri en un enclave de referencia dentro de las rutas senderistas de interior.
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