El hecho de que los niños y los adolescentes tengan teléfonos móviles y acceso a las nuevas tecnologías y aplicaciones ha hecho que los casos de acoso escolar y los intentos de suicidios en edades tempranas aumenten. Por ello, se creó la plataforma Adolescencia libre de móviles en Málaga, cuyo objetivo es concienciar a las familias de que es recomendable retrasar el darles un móviles a los adolescentes hasta los 16 años y también incidir en que se prohíba el uso de estos dispositivos en los colegios. En este punto ha intervenido la Junta de Andalucía, la cual ha aprobado un reglamento interno que permite limitar el uso y confiscar a los alumnos el teléfono en las escuelas de la comunidad. Al valorar esta iniciativa, desde la plataforma aseguran que es “un paso adelante”, por parte de la Consejería, pero inciden en la necesidad de una exclusión total de estos aparatos en las aulas, ya que aseguran que en los colegios que hay dispositivos que pueden emplearse con fines educativos, sin la necesidad de recurrir a los teléfonos.

La Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional hizo públicas las instrucciones sobre el uso de los teléfonos móviles en los centros educativos de Andalucía hace unos días. En las instrucciones se expone que los teléfonos móviles no se podrán utilizar ni en horas lectivas, ni en el recreo, ni en actividades complementarias o extraescolares. Eso sí, podrá utilizarse “salvo que esté expresamente previsto en el proyecto educativo del centro para determinados momentos con fines exclusivamente didácticos y criterios pedagógicos debidamente justificados”, según el documento publicado por la Junta.

Entre las medidas “correctoras” se encuentra “la retirada” al alumnado de sus móviles, que tendrán que depositar apagados “en el despacho de la dirección del centro” ante la presencia de al menos dos miembros del equipo. El móvil se devolverá a los representantes del alumnado afectado. Además, el profesorado que esté de guardia tendrá que prestar “especial atención y extremar la vigilancia durante los periodos de cambios de clases y recreos”.

En este sentido, desde la plataforma Adolescencia libre de móviles, su portavoz Macu Cristofol sostiene que aplauden el movimiento de la Junta de Andalucía porque han dado “un paso adelante y han sido ágiles” y valoran positivamente estas instrucciones, pero consideran que se puede ir más allá. En relación al hecho de que los niños puedan llevar los móviles para utilizarlos en las aulas para alguna actividad educativa consideran que desembocará en un “drenaje de la atención”, ya que “mientras haya un dispositivo personal en juego, la atención no va a estar plenamente”. Por ello consideran que para realizar actividades en los centros educativos, deberían utilizarse las tablets y los ordenadores que hay disponibles en los colegios para que así el docente pueda controlar el uso que se hace de este dispositivo.

Una medida que, según Cristofol, consideran “operativa y fácil” es realizar una “recogida a primera hora de la mañana de los móviles y una entrega al final del día”, cómo se está haciendo en otros puntos geográficos. Además, señala que el hecho de que tengan que intervenir dos miembros del equipo directivo en cada retirada de teléfono va a “dificultar” la tarea.

Por otro lado, la portavoz de la plataforma asegura que en los colegios “no hacen falta los móviles”. Por ello van a seguir trabajando para que finalmente los centros educativos malagueños sean una zona libre de teléfonos para eliminar todos los aspectos negativos que estos dispositivos están transmitiendo a los jóvenes de hoy en día y educarlos en la era digital.