¿qué pasó con?

Francisco Flores: El concejal que impulsó la 'movida' cultural

  • 'Mano derecha' del alcalde Aparicio fue el concejal responsable del área de Cultura en la etapa de los primeros proyectos

  • Trabajó de 'coach' antes de sus tres mandatos en el Ayuntamiento

Francisco Flores fue durante 16 años uno de los rostros más populares de Málaga, por su doble condición de concejal de Cultura y Turismo y por ser una de las personas más próximas al ex regidor socialista de la ciudad, Pedro Aparicio. Si pudiera resumirse su paso por aquel gobierno municipal en pocas palabras se diría que fue el alter ego del alcalde, el relaciones públicas del grupo y el que resolvía la papeleta en una etapa donde la gestión cultural de la ciudad estaba por hacerse.

Francisco Jesús de la Santísima Trinidad Flores, más conocido como 'Curro' aunque él reniegue de este apelativo familiar tan ligado al mundo del toreo que le apasionó en su infancia, nació en el popular barrio de El Perchel, y pronto empezó a trabajar en la cooperativa San Vicente Paul de Vivienda para ayudar a la economía familiar.

A los 22 años entra en el PSOE, partido al que sigue vinculado como afiliado, y descubre que las reuniones interminables de la época no eran lo suyo. Empieza a entrar en el mundo de la gestión cultural y trabaja esporádicamente como coach o entrenador para enseñar cómo hablar en público o mostrar la cara más simpática ante un auditorio. La técnica le fue bien en el plano personal, pues Flores, que formaba parte de la comisión de listas del partido, fue incluido en la candidatura para las elecciones municipales de 1979. Los socialistas, con un desconocido médico madrileño a la cabeza, llegaron al gobierno de la capital y allí se mantuvieron con sucesivas mayorías hasta 1995. En toda esta etapa, Flores fue un personaje clave, según admiten hoy los que trabajaron a su lado

Su cometido en el primer mandato fueron los Servicios Sociales y Sanidad, cuando en los albores de la década de los 80 aún se entregaba el "carné de pobre" para asistencia sanitaria gratuita que el Ayuntamiento dispensaba en el Hospital Noble. Los siguientes dos mandatos los completó como concejal de Cultura y Turismo.

Su facilidad de palabra y para integrarse en el mundo cultural, no sólo del ámbito local, le abrió las puertas a muchos proyectos. Suya fue la idea de llamar Serenatas de la Luna Joven al ciclo de conciertos estivales en la ciudad que aún hoy se mantiene, las jornadas de Volver al cine en el Teatro Alameda, que se consideran un precedente del Festival de Cine Español de Málaga o los inicios del Festival de Teatro internacional, con Miguel Romero Esteo como director. En esta etapa se compró el Teatro Cervantes, se creó la Orquesta Sinfónica con profesionales foráneos o se montó en Málaga la primera exposición sobre Pablo Ruiz Picasso.

Francisco Flores recuerda hoy cómo se gestó esa muestra sobre el genio malagueño, que finalmente se llevó al Obispado por expreso deseo del obispo Ramón Buxarrais. En una etapa en que las inversiones se focalizaban en Sevilla, para preparar la ciudad ante la Expo 92, Málaga empezó a redescubrir a su artista. Con motivo de aquella exposición, la nuera del pintor, Christine Ruiz-Picasso, que aportó algunos libros y otros enseres familiares para la exposición, tuvo sus primeros contactos con el Ayuntamiento. "Ella me dijo que Picasso quería un museo en Málaga donde pudiera verse el desarrollo de su obra y a partir de entonces iniciamos los contactos". A pesar de los intentos de algunos por situar la pinacoteca en Sevilla o el hecho de que Barcelona se adelantara a la creación de un museo dedicado al artista, se fue gestando la idea de una gran pinacoteca en su ciudad natal, lo que se hizo realidad en 2003.

En una encuesta encargada por el Ayuntamiento sobre Picasso, un 70 por ciento de los vecinos se oponía a estas inversiones, según recuerda Flores. "Creían que estábamos trabajando para el enemigo, que Picasso nunca había querido a Málaga y eso no era verdad, porque la añoraba". Para cambiar la tendencia, el consistorio comenzó a programar visitas de escolares y colectivos ciudadanos a la casa natal del artista, en la Plaza de la Merced. Hoy cree que la ciudad debería tomar otro rumbo en materia cultural y promover actividades culturales internas.

El ex concejal de Cultura recuerda con cierta nostalgia aquella etapa "en la que a pesar de todas las dificultades, tuvimos la fiesta en paz", y el consistorio dirigía sus energías a sanear los barrios o a contener las protestas de quienes pedían colegios en la ciudad. "El grado de honorabilidad hacia el servicio público era tremendo", asegura, "y hoy se hacen las cosas con más laxitud". Y pone el ejemplo del fallido Museo de las Gemas, donde el equipo de Francisco de la Torre invirtió una gran suma de dinero sin resultado. "Si a Pedro Aparicio le pasa eso, hubiera dimitido" afirma rotundo. Por eso una de las cosas que más le molestó cuando cerró la etapa de concejal y el PP se hizo con el gobierno local en 2015 es que se intentara echar por tierra el trabajo de esos años. "Se trataba de sacar lo negativo, fue una época maligna".

Los concejales de PP e IU de Málaga hacen el pasillo a Curro Flores tras ganar los socialistas en 1991.

El ex concejal Francisco Flores, en un establecimiento del centro de Málaga.

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