Las indagaciones para esclarecer la muerte violenta de Domingo Expósito, natural de Fuengirola, continúan arrojando nuevos resultados. La Policía, según pudo saber este periódico, ha encontrado proyectiles del calibre 22 en un registro practicado en el domicilio de un hombre que, supuestamente, mantiene alguna relación con Nadia Kesen, ex pareja de la víctima y madre de la niña que ambos tenían en común. Asimismo, las autoridades se han incautado de ordenadores y teléfonos que se encontraban en la vivienda de la mujer y que ahora están siendo investigados.

Siguiendo la lógica judicial, se entiende, por tanto, que la Policía ha debido de tomar previamente declaración a este individuo, aunque tal extremo aún no sido confirmado. Quien sí se ha pronunciado sobre el tiroteo ocurrido el pasado miércoles en la ciudad argentina de Comodoro Rivadavia ha sido la progenitora de la pequeña, que, según publica el diario El Patagónico, se ha desvinculado del suceso e incluso ha ofrecido una versión distinta a la que hasta ahora se conocía acerca del conflicto sentimental con Domingo. "Era amenazada constantemente por él, me perseguía por todos lados, no me dejaba vivir. Sinceramente era un infierno y me vine [a Argentina] para poder darle una vida digna a la nena y a mí también porque no era sano ese entorno", argumentó.

Por su parte, el abogado de la familia de la víctima, Manuel Huertas, que desde el principio defendió que el malagueño había sufrido el secuestro de su hija de 6 años, explicó ayer a este periódico que hasta ahora ha sido "muy cauto" y ha procurado respetar la presunción de inocencia de la ex pareja de su cliente, lo que no quiere decir, según precisó, que no tenga una "sospecha clara" de quién está detrás de su muerte. "Respetamos la labor policial y judicial, que debe determinar quiénes son los autores de los hechos enjuiciados, pero esperamos que sean tenidas en cuenta las circunstancias y casualidades que hay y no se pasen por alto", aseveró el letrado, quien aseguró estar a la espera de que se inicien "acciones judiciales" por parte de la representación legal de la familia materna en Argentina para velar por los intereses de la pequeña y tomar cartas en el asunto.

En este sentido, cabe recordar que la víctima había conseguido su guardia y custodia, por lo que el abogado ahora pedirá la privación de la patria potestad compartida con la madre debido "al secuestro internacional de una menor y la actitud obstaculizadora mantenida en Argentina". Tras ello, solicitará que la tutela se otorgue a la abuela paterna.

Mientras tanto, los allegados de Domingo, que fue tiroteado por un encapuchado al bajarse de un coche, continúan esperando en Fuengirola la repatriación del cadáver, aunque todavía podría retrasarse varios días. "Estamos en la fase inicial de la investigación. Quedan pasos por dar que son estrictamente necesarios. Adelantar un plazo sería generar expectativas, ya que en el caso de, por ejemplo, una muerte natural en el sur de Argentina el cuerpo tardaría unos 12 días en ser repatriado", detalló el abogado.

Los convenios de Estrasburgo y de Berlín sobre el traslado internacional de cadáveres recogen la obligatoriedad de contar con un certificado médico de defunción que debe ser expedido por un facultativo colegiado, algo que ya se ha gestionado. Además, el fiscal del caso y el juez tienen que liberar el cadáver, es decir, dictar una resolución en la que se indique que éste no va a necesitarse más para la práctica de pruebas biológicas. El consulado español ha mostrado especial eficiencia, según especificó Manuel Huertas, en la inscripción del fallecimiento en el registro civil de Comodoro Rivadavia.

Todo ello es fundamental para que la aduana española pueda identificar el cuerpo a su llegada. El féretro, asimismo, tiene que ser cerrado ante la presencia de un funcionario consular, que, tras comprobar que los restos pertenecen a Domingo Expósito, debe imponer además el sello de garantía sanitaria. Lo que sí también puede retrasar el traslado del cuerpo, según el letrado, es el hecho de que el aeropuerto de Comodoro no es internacional, por lo que habría que desplazarlo hasta Buenos Aires. Desde allí, el cadáver se traería a Madrid o a Málaga, según la disponibilidad de vuelos.