El debate de la vivienda turística sigue varado en las mismas posiciones: la oposición pide regulación mediante el planeamiento urbanístico y moratorias transitorias a las licencias y el equipo de gobierno pide que la legislación autonómica les ampare. La novedad: El Ayuntamiento de Málaga se compromete a actualizar cada seis meses el mapa de las viviendas turísticas que ya está llevando a cabo vía Instituto Municipal de la Vivienda. 

Más seguimiento, marcaje al hombre, que será publicada, como ya se viene haciendo en la web del Ayuntamiento de Málaga. En cuanto al resto, todo sigue como hasta ahora. El PSOE y Unidas Podemos siguen exigiendo más actividad municipal para limitar el crecimiento de las viviendas turísticas en la ciudad, ya sea vía PGOU, moratoria o ambas. El ejemplo, dicen, lo tienen en Palma de Mallorca, Bilbao, Toledo o Sevilla. 

De momento, recuerdan desde la bancada del equipo de gobierno, se sigue necesitando para la regulación municipal que haya un marco normativo autonómico que lo permita. Lo cierto es que en Bilbao y en Palma de Mallorca, tienen sendas leyes que no sólo lo permiten, sino que piden incluso su delimitación en el caso balear. En Sevilla, sin embargo, pese a que el Ayuntamiento sigue endureciendo las medidas vía PGOU, la Junta de Andalucía tiene la medida recurrida ante el TSJA. La administración autonómica ya trabaja en el marco normativo para regularla. 

“Es necesario regular y cuando esté el marco para hacerlo, nos pondremos a regular”, ha afirmado Francisco Pomares, concejal de Vivienda, que ha defendido que en el total de la ciudad sólo un 2% de las viviendas son de tipo turístico, proporción que aumenta hasta rozar el 7% en el Centro. También ha recordado que la actual regulación es de la etapa socialista de la Junta, “quien firmó este mal, si ustedes dicen que este es el mal de la ciudad, fue el PSOE”. 

Dani Pérez, portavoz socialista, se ha mostrado duro, amparándose en los argumentos que utilizando en cada ocasión que sale a debate el tema de la vivienda en Málaga: los miles de jóvenes que tienen que irse, el alto precio de la vivienda en los barrios y “un alcalde silente”. “Ustedes no están resolviendo los graves problemas de la ciudad”, ha cerrado el debate.