Málaga

‘Marea Plastic’, el proyecto de la UMA que da una segunda vida a los residuos plásticos

Los investigadores, Carmen Ladrón de Guevara y Óscar de Cózar, utilizando la máquina trituradora de 'Marea Plastic'.

Los investigadores, Carmen Ladrón de Guevara y Óscar de Cózar, utilizando la máquina trituradora de 'Marea Plastic'. / Javier Albiñana

El reciclar el plástico en casa es algo habitual, pero ¿qué pasa si se coge ese plástico y se utiliza para convertirlo en otro producto? De esta forma, se le daría una segunda oportunidad y este plástico, que iba a ser desechado, pasa a ser un producto útil de nuevo. Esta es una de las labores que realiza Marea Plastic, un grupo de investigación de la Universidad de Málaga, que también busca fomentar el reciclaje y sensibilizar sobre la necesidad de reducir desechos.

Este proyecto está liderado por los investigadores de la Escuela de Ingenierías Industriales de la UMA Carmen Ladrón de Guevara y Óscar de Cózar. La iniciativa surge cuando un grupo de estudiantes les comentaron que el movimiento internacional social Precious Plastic trabaja creando máquinas que permiten llevar el proceso de reciclaje a un entorno no industrial o incluso privado y se cuestionaron si había alguna posibilidad de realizar esta labor en la universidad.

El equipo comenzó a diseñar sus propias máquinas en noviembre de 2020, tras conseguir financiación gracias al segundo Plan Propio de Smart-Campus del Vicerrectorado de la UMA. Ahora el equipo lo forman Ladrón de Guevara y de Cózar al frente, junto con unos 10 profesores de diferentes áreas y unos ocho estudiantes de diferentes grados de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Telecomunicación, Marketing o la misma Escuela de Ingeniería Industriales.

Los investigadores principales de 'Marea Plastic' junto con la lavadora de plástico y la inyectora. Los investigadores principales de 'Marea Plastic' junto con la lavadora de plástico y la inyectora.

Los investigadores principales de 'Marea Plastic' junto con la lavadora de plástico y la inyectora. / Javier Albiñana

Actualmente, Marea Plastic cuenta con tres máquinas, cuyo diseño ha partido de la idea básica y la información que les ha proporcionado Precious Plastic. Eso sí, el equipo de la UMA ha querido ir un paso más allá y ha mejorado estas máquinas añadiendo funciones que en las originales no estaban.

Una trituradora, una inyectora y una extrusora. Estos son los tres aparatos que desde finales de 2020 estos investigadores han estado diseñando para poder darle una segunda vida a muchos productos plásticos. La trituradora, según Óscar de Cózar, cuenta con un peso para controlar la cantidad de plástico que se va triturando, tiene también un sistema de seguridad anti-contacto que consiste en un sensor para que cuando se levante la tapadera deje de funcionar y no haya ningún accidente. Por último, le han incorporado un variador de frecuencia, que les permite triturar el plástico a diferentes velocidades, y también un sensor de protección para proteger el motor.

El plástico después de pasar por la trituradora de 'Marea Plastic'. El plástico después de pasar por la trituradora de 'Marea Plastic'.

El plástico después de pasar por la trituradora de 'Marea Plastic'. / Javier Albiñana

En cuanto a la inyectora, en comparación con el diseño original, le han introducido una pantalla electrónica para poder fundir el plástico a diferentes temperaturas. Por otro lado, a la extrusora le han incorporado un variador de frecuencia también. Ambas máquinas tienen la misma finalidad: fundir el plástico para después introducirlo en un molde, pero funcionan de formas diferentes. La primera de ellas es manual, por lo que los investigadores deben ir introduciendo el plástico en la máquina para fundirlo y después pasarlo al molde. En cambio, la extrusora es automática y tiene una mayor capacidad. Al utilizarla, primero introducen el plástico triturado y con un “tornillo sin fin” lo van mezclando y fundiendo, para posteriormente convertirlo en hilo para colocarlo en una bobina o introducirlo en un molde tubular hueco con el que se puede hacer la pata de una mesa o una silla.

Hay que señalar que todas las máquinas están diseñadas con el foco puesto en sensibilizar y educar entorno a la reducción del uso del plástico. Por ello, para que cuando estás máquinas lleguen a los centros educativos para concienciar a los más pequeños, el equipo les ha colocado unas pantallas de protección transparentes para que el niño pueda ver cómo es todo el proceso y a la vez que no pueda hacerse daño.

Algo novedoso que tiene este equipo es que han decidido crear una lavadora para los plásticos. Esta es totalmente invención de Marea Plastic y consiste en lavar el plástico después de triturarlo para que cuando se inyecte en los moldes tenga la menor cantidad de impurezas posible. En definitiva, el proceso para conseguir estos productos consiste en triturar el plástico en la trituradora, limpiarlo en la lavadora, fundirlo en la inyectora o la extrusora, para posteriormente colocar el plástico derretido en un molde o convertirlo en una bobina de hilo que se pueda utilizar en impresoras 3D.

Mosquetones hechos por 'Marea Plastic' con plástico reutilizado. Mosquetones hechos por 'Marea Plastic' con plástico reutilizado.

Mosquetones hechos por 'Marea Plastic' con plástico reutilizado. / Javier Albiñana

Hasta ahora, con cuidado de no mezclar los diferentes tipos de plásticos que han utilizado, han creado mosquetones, maceteros, pinzas e incluso ceniceros. El siguiente molde que quieren conseguir y para el que ya están pidiendo presupuesto sirve para crear suelos de plástico que podrían utilizarse en cualquier habitación. De Cózar asegura que “es un suelo que con el molde adecuado se puede inyectar e ir encajando una pieza con otra” hasta crear una superficie en el sitio donde el cliente indique.

El principal objetivo de este laboratorio es “hacer un cambio generacional en la juventud y decirles que el plástico se puede reutilizar, darle una segunda vida y alargar el ciclo de vida del producto”, señala el investigador. Esta función la quieren llevar a cabo apostando por un proceso de economía circular, el cual consiste en lograr que “un producto permanezca en la cadena productiva el máximo tiempo posible”, según Carmen Ladrón de Guevara. En este sentido, la investigadora remarca que “el reciclar está muy bien, pero si en vez de reciclar un producto conseguimos que este no abandone la cadena productiva y lo volvemos a utilizar, la vida de ese producto se alarga y no acaba siendo un residuo como tantos otros tan rápidamente”.

El siguiente paso que quiere dar Marea Plastic es conseguir más residuos plásticos, que hasta ahora lo adquieren gracias a las donaciones de diferentes empresas. Después quieren crear un “laboratorio urbano”, donde tener sus máquinas bien posicionadas para seguir desarrollarlas y mejorarlas para que en un futuro sean lo más funcionales posibles. Además, también buscan lograr que la población sea consciente de que se puede alargar la vida de un producto de plástico y acuda a ellos para conocer más sobre este tema y done residuos que puedan reutilizar en el proyecto.

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