El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, tiene ya sobre su mesa la petición formal de la empresa adjudicataria del tajo del Metro Guadalmedina-Atarazanas, una alianza integrada por Acciona y Sando, para que se le autorice a iniciar los desvíos de tráfico necesarios para acometer, posteriormente, la apertura de las zanjas en el lateral norte de la Alameda. El paso adoptado por las firmas constructoras deja en el tejado del Ayuntamiento la decisión final sobre cuándo arrancarán los trabajos del suburbano en su acercamiento al centro urbano y, por ende, sobre si se podrán cumplir los calendarios manejados hasta la fecha para esta parte del trazado. De partida, el Consistorio insiste en que cualquier actuación debe evitar "empringar" la circulación en dos de los grandes ejes urbanos. "Tenemos que velar porque eso no ocurra", comentaba el concejal de Movilidad, Raúl López.

El doble objetivo que se marca la Administración regional con este avance es, primero, el de tener cerrada la zona afectada por la construcción del túnel en menos de un año, con el fin de no afectar el desarrollo normal de las procesiones de Semana Santa de 2016; y, segundo, responder al compromiso asumido con la explotadora del Metro y con el Banco Europeo de Inversiones (BEI) de poner en servicio los 295 metros del paso soterrado entre el puente de Tetuán y la estación Atarazanas a finales de 2017. Para ello restan unos 30 meses. La oferta seleccionada para desarrollar las fases de infraestructura y superestructura de vía fija 28 meses para su materialización, con un coste de 26 millones de euros. A esta etapa habrá que añadir las correspondientes a instalaciones y arquitectura.

"La petición se hace después de muchas reuniones técnicas con el Ayuntamiento", recordaba ayer el delegado territorial de Fomento, Francisco Fernández España, quien confió en que el equipo de gobierno del PP "dé la autorización para que la empresa pueda empezar cuanto antes". Preguntado por los plazos que maneja la Agencia de Obra Pública de Andalucía para intervenir en la zona, el delegado aludió a que no es posible concretarlo hasta que el área de Movilidad dé luz verde al inicio de los desvíos.

Lo conocido en las últimas semanas no hace prever una respuesta positiva por parte del área de Movilidad. Oficialmente, lo expresado por De la Torre pasa por condicionar el comienzo de las tareas previas a la apertura de las zanjas a que se culminen los desvíos de tráfico que ya se están materializando en la Avenida de Andalucía, como parte del tramo Renfe-Guadalmedina. Unas las labores podrían alargarse aún unos dos meses, según los cálculos municipales.

Tomando por cierto este calendario, los operarios de Acciona-Sando no podrían hacer su entrada en la Alameda hasta principios o mediados de junio, justo en las semanas posteriores a la celebración de las elecciones municipales, que tienen lugar el próximo 24 de mayo. Ello podría poner en duda la reposición en superficie del lateral norte de la Alameda antes del inicio de los recorridos procesionales. Frente a las tesis municipales, en el seno de Fomento se insiste en considerar "compatibles" ambas intervenciones.

López recordó que la petición de autorización tiene lugar antes de que el Ayuntamiento haya podido enviar a la Junta un amplio informe con las aportaciones de diferentes áreas, caso de la EMT, Policía Local, Medio Ambiente, distrito Centro, entre otros, con el fin de que sean tenidas en cuenta en el diseño de los desvíos de tráfico. El concejal de Movilidad fue claro al incidir en que "es imposible que haya un solape absoluto entre las dos obras".

"No sé lo que han entregado; ahora me genera la duda de si tenemos que enviar el documento al que nos comprometimos o esperamos a analizar antes el documento que nos han entregado; si vemos que en lo que han entregado faltan cosas...", explicó. Para el edil, no se trata "sólo de decir por dónde meter el tráfico, sino evitar que la planificación se solape".

A modo de ejemplo cercano. de andar por casa, López señaló que lo que ocurre es parecido a realizar una obra en casa. "Imagina que tienes una obra en la cocina de tu casa y que por ese motivo desplazas todos los cacharros para poder lavarlos en el cuarto de baño y te llega el albañil y te dice que va a hacer obras en el baño; no se pueden ocupar los dos lugares al mismo tiempo", apostilló. "Ganas de avanzar tiene todo el mundo", abundó, si bien recordó lo ocurrido en zonas donde el Metro se ha eternizado, caso de Callejones del Perchel o Carretera de Cádiz.