El Gobierno ha encendido la mecha y muchos empleados malagueños están que explotan. Los afortunados que tienen un puesto de trabajo están asumiendo en estos momentos, como contrapartida, una mayor carga laboral ya que en numerosas empresas se ha reducido la plantilla. En este contexto, no ha sentado nada bien la propuesta de retrasar la edad de jubilación en dos años que el Gobierno realizó hace diez días. La intención del Ejecutivo liderado por José Luis Rodríguez Zapatero es que, a partir de 2013, se incremente dos meses la edad de jubilación cada año, de forma que en 2025 se completen los dos años anunciados y que será necesario trabajar para poder recibir el 100% de la prestación.

"La medida me parece muy mal porque la jubilación es cada vez más tarde y luego no se va a poder disfrutar de nada", asegura María Dolores Acosta, empleada en una empresa de tintorería. María Dolores tiene 60 años, le toca jubilarse en 2015 por lo que tendrá que trabajar seis meses más de lo previsto. "No me hace gracia ninguna porque llevo trabajando desde los 13 años", afirma.

Salvador Marín está empleado en la farmacia Rico Nestares desde los 14 años. En estos momentos tiene 54 años y 40 cotizados. Le quedan 11 años para jubilarse por lo que le va a pillar el incremento casi de lleno. "No tiene lógica. A los viejos nos hacen trabajar cada vez más y mientras hay millones de jóvenes en el paro. Parece que les da coraje que la gente se jubile", señala con cierto enojo. Salvador confía en que la propuesta del Gobierno no llegue finalmente a término "porque cada siete años hay una crisis y ésta ya pasará" aunque sí considera que se han dado demasiadas ayudas en los últimos meses. "Los 400 euros del IRPF, los 2.500 euros por hijo... Se ha dado dinero a todo el mundo y ahora quieren jubilarnos más tarde", protesta.

Ana -prefiere no dar su apellido- trabaja en una perfumería en el centro. Entiende que, en la situación económica actual, haya que adoptar medidas impopulares "pero los que deben pagar son los que más tienen". Ana tiene 48 años por lo que "voy a tener que trabajar hasta los 67 años a no ser que me toque la lotería", comenta entre bromas y mosqueo. En su opinión, el Gobierno debería permitir jubilarse o prejubilarse a los trabajadores de forma voluntaria si llevan cotizados un número concreto de años. "Me da igual que sean 30 ó 40 pero no es justo que haya personas que llevan toda la vida trabajando y cotizando y ahora tengan que jubilarse más tarde de forma obligatoria". Esta dependienta también subraya que "no es igual trabajar dos años más en un sector en el que estás todo el día sentado que, por ejemplo, en la obra".

Juan Espejo corrobora totalmente esta última afirmación. Tiene 52 años y está en el paro, pero lleva trabajando de albañil desde los 18 años. "No quiero ni imaginar verme dos años más subido al andamio. Vamos para atrás en vez de hacia delante", explica.

Gerardo Ruiz es el propietario de una tienda de abanicos llamada Miramar. Sólo le quedan dos años y medio para jubilarse y no va a tener que trabajar más allá de los 65 años. Sin embargo es autónomo y "después de cotizar durante 26 años me quitarían un 18% sobre la base, por lo que apenas voy a cobrar 600 euros de pensión ¿cómo se puede vivir con ese dinero?" Gerardo se ha planteado incluso seguir trabajando para cotizar más "pero ha cambiado la ley y ya no sirve de nada", asegura apesadumbrado.

A Concepción Jiménez le ocurre algo parecido. Regenta una tienda de golosinas llamada Transfermanía, tiene 56 años y asegura que le "da igual" que se retrase la edad de jubilación. "Yo aguantaré hasta que pueda en el negocio. Las leyes son sólo para los poderosos y no es justo que haya gente que, después de cotizar 40 años, le quede una paga de 700 euros", dice. Concepción destaca que, al margen del trabajo, "lo importante es llegar con salud a esos 67 años". Un aspecto en el que todos, Gobierno y trabajadores, sí están de acuerdo.