Málaga

Travesías de fondo

  • Más de la mitad de los estudiantes de las ingenierías superiores de Telecomunicaciones e Industriales no acuden a los exámenes · Los alumnos tardan de media más de ocho años en concluir la carrera

"El título no se despacha en el estanco". Jesús Martín Aguilar, estudiante de segundo de la ingeniería superior de Industriales, reconoce con un poco de embarazo que fue el único de su clase que levantó la mano cuando un profesor preguntó hace unos días cuántos alumnos tenían aprobadas todas las asignaturas del primer curso. Adrián Domínguez también es una excepción. Su grupo lo conformaban el año pasado cerca de un centenar de estudiantes y sólo dos superaron todas las asignaturas en junio. Es más, él logró tres matrículas de honor, dos notables y un aprobado. A pesar de semejante expediente, admite que hizo un cambio de grupo para evitar a algún hueso duro de roer.

Las ingenierías superiores de Industriales y Telecomunicaciones se consideran las carreras más difíciles de la Universidad de Málaga (UMA). Estos estudios se estructuran en cinco cursos, sin embargo, en ambos casos el periodo medio que tardan los estudiantes en culminar la travesía académica supera los ocho años.

El director de la Escuela de Industriales, Ramón Fernández Feria, justifica las dificultades en el hecho de que se trata de "una ingeniería generalista con una formación básica muy fuerte. En contrapartida a nuestros estudiantes se los rifan en el mercado laboral". Antonio Puerta Notario, director de la Escuela de Telecomunicaciones, agrega que ésta es una titulación "seria, como debe ser en la universidad, en la que hay que trabajar para aprobar".

Ambos directores matizan que la cifra de aprobados respecto a los examinados es alto. "Nuestros datos apuntan que el 70% de los estudiantes superan las pruebas. Este es un volumen similar al de Derecho o Económicas", indica Puerta Notario.

El problema es que la mayoría de los estudiantes no se examina. El porcentaje de no presentados en Telecomunicaciones en el curso 2007-2008 osciló entre el 45,9% de la convocatoria de febrero al 75% de septiembre. En Industriales esta banda se movió entre el 41,7% de junio y el 70,9% de septiembre, de acuerdo con los datos que maneja el servicio de estadística de la UMA.

"Hay alumnos que dejan pasar 10 y 12 convocatorias sin examinarse". "¿Por qué? Porque si no te presentas no corre la convocatoria", precisa el director de Industriales.

El director de Telecomunicaciones aporta más matices: "Los estudiantes se auto excluyen y sinceramente no sé por qué. Se ha extendido una idea pesimista de que es muy difícil superar las asignaturas y esto polariza el comportamiento de los alumnos". Junto a la mala fama cree que hay "otra realidad que se niega" y es el "gravísimo deterioro de las enseñanzas secundarias. Los estudiantes acceden a la universidad con un nivel en matemáticas y física muy malo". Además, observa otra "realidad sociológica" relacionada con la complacencia de una juventud que rehuye el esfuerzo en beneficio de "otros paradigmas de éxito". Se queja de una actitud generalizada de cierto pasotismo. "He convocado a los 230 alumnos nuevos que se han matriculado este año en las diferentes titulaciones de la escuela para explicarles cómo funciona y qué van a encontrar y apenas han acudido treinta". Este panorama, además, se alimenta de las expectativas que ofrece un mercado laboral que no está dispuesto a retribuir salarialmente el esfuerzo.

También está la versión de los alumnos: "Existe miedo real a agotar las convocatorias, por eso a los exámenes apenas acuden la mitad de los matriculados", explica Carlos Rubio, que, en su octavo año en la universidad está entre cuarto y quinto y empieza a "ver luz al final del túnel". Reconoce que no es un estudiante modélico porque lleva casi tres semanas de curso y aún no ha empezado a estudiar. "Siempre tardo un poco en ponerme, pero luego trabajo duro. Desde las 9:00 a las 21:00 con las paradas justas para comer o ir a clase". Y aún así, ha corrido riesgos: "En cuatro o cinco asignaturas he llegado hasta la cuarta convocatoria sin aprobar y eso que me había preparado. Es difícil explicar qué pasa. Todo está en los apuntes, pero a veces es una mención que se te había pasado por alto o una relación de conceptos que no se te había ocurrido hacer. En realidad la carrera en sí, las materias no son difíciles, lo complicado son los exámenes".

¿Y la clave del éxito? "Organizarse el tiempo y dedicarse en cuerpo y alma. Yo estudio entre cinco y seis horas diarias, al margen de las clases e incluidos los fines de semana. Además hay que buscarse la vida en las academias", resume Adrián Domínguez, desde su experiencia de un primer curso de Industriales plagado de notas altísimas. La clave para Jesús Martín Aguilar reside en "llevarlo todo al día y si algo se queda atrás, recuperar durante el fin de semana". Ambos precisan que "no es para tanto si se tiene hábito de estudio".

Sus compañeros de clase, que arrastran asignaturas pendientes y prefieren permanecer en el anonimato, reconocen que los obstáculos académicos les han impulsado a echar el freno de mano. "La primera página del libro de Álgebra de primero contiene todas las matemáticas del Bachillerato. En las páginas siguientes ya no conseguía entender nada, así que abandoné. Veremos a ver este año", cuenta uno de ellos.

Un informe de Industriales sobre los egresados correspondiente al curso pasado detalla que la media de horas semanales dedicadas al estudio durante el periodo de exámenes es de 48,8 horas, aunque en tercero y quinto supera las 65. Este promedio cae hasta las 32,6 horas semanales cuando no se trata de época de exámenes.

A pesar de que este curso, y a falta aún de que concluya el periodo de matriculación, las ingenierías superiores de Telecomunicaciones e Industriales han batido récord de nuevos estudiantes con un crecimiento del 26 y 29% respectivamente, las direcciones de ambas escuelas están preocupadas por el rumbo de las ingenierías. El director de Telecomunicaciones quiere crear un foro de debate y anima al alumnado a participar en los órganos de una escuela de la que el curso pasado salieron cerca de un centenar de ingenieros superiores titulados.

En Industriales se realiza un seguimiento exhaustivo de la tasa de aprobados por materias y se llama la atención a aquellos departamentos y profesores cuyo índice de aprobados sea inferior al 30% o acudan a los exámenes menos del 50% de los matriculados. En estos casos se requiere un informe sobre las causas. En un ejercicio poco frecuente de transparencia en el mundo académico, esta escuela cuelga toda esta información en su página web (www.etsii.uma.es).

El año pasado se solicitaron informes sobre las asignaturas de Álgebra, Elasticidad y Resistencia de Materiales y Ampliación de Matemáticas. El catedrático Juan Ignacio Ramos, que fue requerido para que explicara el bajo porcentaje de alumnos examinados en Ampliación de Cálculo, resaltó en su informe la bajísima asistencia a las clases. El año pasado enseñaba en dos grupos con 56 y 75 alumnos, respectivamente, pero los dos días de máxima afluencia únicamente acudieron al aula 32 y 34 estudiantes. Tres semanas antes de que acabara el curso sólo fueron 11 en un grupo y 18 en el otro. Además, resaltaba la "poca/baja preparación del alumnado en matemáticas" y a la necesidad de llevar al día una asignatura de carácter piramidal que se construye sobre conocimientos adquiridos.

En su informe, Ramos reconocía sin rodeos que es un profesor exigente consigo mismo "y con los alumnos". También recogía los argumentos que le habían proporcionado los estudiantes para justificar por qué no iban a sus clases. Algunos aludían a que con el tiempo invertido para aprobar Ampliación de Cálculo se podían aprobar cuatro o cinco asignaturas. Otros admitían su bajo nivel en la materia y, finalmente, había quienes optaban por asistir un año a clase "para tomar apuntes" y dedicar otro año a estudiar la materia.

El coordinador de la unidad de Mecánica de Medios Continuos, a la que pertenece la asignatura de Elasticidad y Resistencia de Materiales, Felipe García, recogía a las quejas del alumnado sobre el calendario de exámenes.

¿Cómo afrontan los estudiantes la travesía? "Depende. Al principio se aguanta. Acabas de empezar, sabes que es difícil y te mentalizas. Al final, cuando ya te queda poco para terminar también te animas. Lo malo es la mitad. Cuando llevas varios años y todavía vas por tercero, empiezas a sentirte desfallecer. El abandono es altísimo. También muchos alumnos se pasan a las ingenierías técnicas que, cuando vas de la superior, resulta mucho más fácil", relata Carlos Rubio.

La contraprestación es un cierto reconocimiento público a los títulos de ingeniería de la Universidad de Málaga. "En Madrid, por ejemplo, tener un título de Telecomunicaciones de la UMA es un plus para hallar trabajo".

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