Ocurrió el jueves pasado en el colegio los Maristas. Un profesor fue agredido por el abuelo de un alumno a la salida de clase, según confirmaron a este periódico fuentes cercanas a los hechos. 

Como cada día, en el centro educativo sonó el timbre que marcaba el fin de una nueva jornada escolar. Los niños esperaban a que sus familiares los recogieran para regresar a casa. Si bien, aquel día, uno de ellos recibió una visita de la que el centro no estaba avisado. Fue su abuelo, que no estaba autorizado por el colegio para llevárselo.

Según ha podido saber este periódico, el profesor explicó al familiar que se identificara; de lo contrario, no podría llevarse a su nieto hasta que no se acercase al lugar una persona que contara con el permiso previo del centro educativo.

El abuelo se negó y propinó un puñetazo al docente. "Hubo también amenazas y todo se produjo delante de los niños", asegura la madre de uno de los escolares. "Ha sido muy desagradable. Un mal rato tremendo para los profesores", añade.

El centro solo ha querido añadir al testimonio que se aplicaron tanto los protocolos del colegio como los conformes con la normativa vigente. "Se consideró como un atentado a la autoridad y así se actuó". De esta manera, acudió la Policía Local al colegio, quedando detenido el presunto agresor.

Al día siguiente, el viernes 10 de junio, se celebró un juicio rápido y se llegó a una sentencia de conformidad. El Juzgado de Instrucción número 3, en funciones de guarda, acordó para el presunto agresor cuatro meses de prisión -aunque esta pena queda suspendida- y 16 meses de alejamiento y comunicación con el centro educativo y con el profesor por un delito de atentado contra la autoridad. Además, por otro delito leve de lesiones se ordenó cuatro meses más de alejamiento y una multa de 20 días a razón de seis euros por día, según han informado fuentes judiciales a este periódico.

El profesor que recibió el golpe, satisfecho con la resolución, no ha querido presentar denuncia porque "lo considera un suceso puntual", según el centro, quien además aclara que la familia al instante pidió disculpas tanto al profesor como al colegio, quienes las han aceptado y "pasado página".

El Colegio Maristas da por cerrado el caso y trata de volver a su actividad normal. Además, quiere agradecer la "rápida" actuación de la Policía como de la justicia, y ensalza también la labor del centro, "han funcionado muy bien todos los protocolos".