Málaga

El 'asustaviejas' de la calle Mariscal acumula quejas vecinales desde 2004

  • Tres años después de su primera denuncia los vecinos afirman que los bloques 3 y 5 están llenos de basura y 'okupas' · El Defensor del Ciudadano envía un escrito al Consistorio para pedir la limpieza de los edificios

Los vecinos de los bloques número 3 y 5 de calle Mariscal ya no saben qué hacer. Llevan más de tres años -desde diciembre de 2004- denunciando un caso de acoso inmobiliario. Sin embargo, su situación es prácticamente la misma desde entonces. Ahora, han sido los pocos que aún residen en el número 3 los que se han puesto, de nuevo, en contacto con Francisco Gutiérrez, Defensor del Ciudadano. Denuncian que la basura sigue acumulándose en las zonas comunes y que la llegada del calor ha hecho que el olor sea insoportable y la proliferación de cucarachas, mayor.

Gutiérrez no ha tenido más remedio que enviar un escrito, "el enésimo", según cuenta, al área de Sanidad del Ayuntamiento de Málaga. En él, pide una limpieza integral del bloque, como la que Urbanismo ya realizó hace dos años en el número 5. "Es urgente enviar una inspección sanitaria, porque el propietario del edificio, el peor asustaviejas del centro, sigue permitiendo que los desperdicios se acumulen en el patio y por allí los okupas y drogadictos campen a sus anchas", explica el Defensor del Ciudadano.

La misiva remitida por el responsable al Servicio de Sanidad municipal el 29 de mayo, y a la que ha tenido acceso este periódico, reclama "una inspección en el edificio de calle Mariscal, 3, propiedad del Sr. Jiménez Astorga, denunciado por esta oficina por el denominado acoso inmobiliario". El problema, según recoge el texto, es "acumulación de basuras" con el objetivo de "conseguir la insalubridad del inmueble, que es una de las tácticas empleadas por el propietario para conseguir que los inquilinos antiguos abandonen las viviendas". "La situación actual es insoportable para los vecinos", se apostilla.

Gutiérrez ya se desplazó al mismo edificio en noviembre del año pasado, donde realizó una serie de fotografías para denunciar la situación de suciedad del inmueble. Entonces también pidió una limpieza. "Pero no se ha hecho nada", añade. Pocos días antes, la Policía había desarticulado un punto de venta de droga que utilizaba cámaras de vídeo para controlar quién entraba o salía del edificio. "Y todo sigue igual, porque el propietario del edificio sigue haciendo caso omiso a las denuncias de los vecinos de este número y de los que viven en el 5", cuenta Gutiérrez.

El caso de estos edificios llegó a los tribunales. La Fiscalía abrió una investigación por acoso inmobiliario y los implicados están a la espera de un juicio cuya fecha "nunca llega", según cuenta el familiar de uno de los vecinos, que explica que la situación es "cada vez peor".

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