Benito Gómez, cocina de éxito y un libro salvador
Premios Malagueños de Hoy 2025
El biestrellado chef rondeño destacó el trabajo de su equipo para lograr los sueños que se ha marcado, al tiempo elogió la cultura del esfuerzo
Así fue la XXI Gala de los Premios Malagueños de Hoy 2025
Benito Gómez, nacido en Barcelona en el seno de una familia dedicada a la gastronomía, fue adoptado por Ronda, ciudad en la que decidió quedarse a vivir y, posteriormente, formar su familia junto a su esposa, Merche Piña. El chef fue reconocido con uno de los premios Malagueños de Hoy por los éxitos logrados en el último año. Además de conservar sus dos estrellas Michelin en Bardal, también ha sido reconocido como mejor restaurante de Andalucía por Macarfi o entró en la selecta lista de los 100 mejores cocineros del mundo.
Estudió cocina por imposición familiar y en numerosas ocasiones contó que no fue, ni mucho menos, el mejor de los estudiantes en la Escuela de Hostelería de Sant Pol de Mar. De hecho, hasta el tercer curso su interés por la cocina era prácticamente nulo, aunque en aquellas fechas cayó en sus manos el primer libro de El Bulli, Sabor del Mediterráneo. “Soy cocinero por aquel libro”, aseguró Gómez en reiteradas ocasiones y lo volvió a reiterar tras recoger su premio. Un libro que le atrapó aquella misma noche se leyó entero en dos ocasiones.
A partir de ese momento se convirtió en un obsesivo de los fogones y comenzó su recorrido por diferentes restaurantes. Curiosamente, algo que muchos desconocen, el primero de ellos fue el restaurante Los Chopos de Campillos, localidad natal de sus padres, y a la que regresaba cada verano.
Terminada aquella etapa comenzó su aventura por restaurantes de alta cocina como Jean Luc Figueras, las Rejas de Manolo de la Osa o la Alquería de Ferrán Adriá en Hacienda Benazuza, en Sevilla. Desde aquí llegó en 2004 al mítico restaurante rondeño Tragabuches tras la llamada de su propietario, Manuel María López. Fue entonces cuando empezó si idilio con Ronda.
Tras este periodo y arrancar Tragatá, comenzó un divorcio de 10 años con la alta cocina. No fue hasta cumplir los 40 años cuando creció nuevamente la inquietud de montar un restaurante y, aunque su intención era simplemente dar bien de comer, pronto comenzaron a caer las estrellas (2018 y 2019) y la entrada en numerosas guías que le llevaron de vuelta a la alta cocina, un término que asegura no saber en qué consiste. Así la cocina de Bardal se convirtió en una de las mejores del mundo.
Amante de la bicicleta en sus ratos libres, a otra parte de su limitado ocio la dedica a viajar con su pareja, aunque no lo hace todo lo que le gustaría.
En cuanto a la comida, le tiene conquistada la cocina de su suegra. Cocido, sopa de tomate o sus boquerones el vinagre son algunos de sus preferidos.
Detrás de su imagen de chico duro y serio, que vibra con Metálica ACDC o QUEEN, los que le conocen lo definen como una persona “muy generosa”. Eso sí, perfeccionista hasta molestar, palabras textuales, y un poco caótico.
Gómez defendió la cultura del esfuerzo para conseguir los sueños. “Hay que trabajar, hay que esforzarse, hay que luchar y hay que conseguir los sueños, no puede ser que todo sea regalado”, afirmó.
En este sentido, sostuvo que “el sacrificio es muy bonito y luchar por algo que quieres es fantástico”, dijo.
Además, aseguró que “la vida son vivir experiencias”, al tiempo que reivindicó el trabajo de su equipo. “Yo soy la cara visible, pero somos alrededor de 70 en esta familia, y el trabajo lo hace el equipo, que tengo el mejor equipo del mundo”, dijo
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