Hostelería

Boquerones de Portugal y Marruecos para los chiringuitos malagueños

  • La huelga de los pescadores locales está provocando que los restaurantes tengan que traer productos de otros lugares

  • Hay chiringuitos que han decidido no abrir hasta que escampen los paros y la tendencia alcista de los precios

Turistas en un chiringuito

Turistas en un chiringuito / Javier Albiñana

Málaga es conocida en toda España por sus boquerones y es uno de los platos estrella en cualquier chiringuito. Sin embargo, la mayoría de los que se están ofreciendo ahora proceden de Portugal o Marruecos ya que los pescadores malagueños están en huelga como señal de protesta ante el fuerte aumento del precio del combustible, que provoca que no les salga rentable faenar. 

"Hay algunos barcos pequeños en Málaga que sí están saliendo a pescar y traen algo de boquerones, pero muy pocas cajas que hay que repartirse, por lo que, mientras tanto, estamos comprando boquerones de Portugal o Marruecos", explica Manuel Villafaina, presidente de la Asociación de Empresarios de Playas de Málaga. 

En Portugal y Marruecos no hay huelga, pero también les está entrando producto de Galicia o Valencia pese a que la convocatoria de paros es a escala nacional. Se espera que este lunes ya salgan más barcos a trabajar  en Málaga pese a que la huelga, como tal, es hasta mañana martes

Villafaina afirma que los chiringuitos no están teniendo, en líneas generales, desabastecimiento de producto fresco, aunque sí cuentan con menos cantidad que en otras ocasiones. El presidente de esta patronal señala que está faltando marisco, especialmente langostinos, y que hay tan pocas gambas en el mercado "que están pidiendo precios desorbitados por ellas". A eso hay que sumarle que entre la guerra entre Rusia y Ucrania y la huelga de los transportistas se ha disparado el precio del aceite de girasol -el utilizado en los restaurantes para freír el pescado-, las verduras o la fruta. 

Los hosteleros están, lógicamente, preocupados porque ven que todo se encarece y ellos, de momento, están manteniendo sus tarifas en sus cartas, pero Villafaina ya adelanta que sí sigue así la situación tendrán que incrementar los precios de los platos. No obstante, les da miedo porque piensan que una subida de la cuenta puede provocar que se pierdan clientes tanto nacionales como extranjeros. "Damos servicio, calidad y precio pero si lo subimos los clientes se pueden ir a otros sitios", subraya.

"Vamos a aguantar a ver lo que pasa y si no se arregla habrá que subir los precios", comenta Villafaina, quien señala que hay empresarios de chiringuitos que tenían previsto abrir sus locales en estas semanas previas al inicio de la Semana Santa para ir comenzando la temporada turística pero que han decidido mantenerlos cerrados a la espera de que todo se calme, es decir, que no haya huelgas de pescadores y transportistas y que los precios puedan reducirse.

En cualquier caso, Villafaina reconoce que pueden llorar con un ojo porque la pandemia los dejó completamente noqueados y al borde de la quiebra tras tantos meses de cierre y restricciones. "Tras los dos años que llevamos con el Covid poder tener el negocio abierto y poder vender raciones a los clientes ya es una bendición", detalla el presidente de esta patronal. De hecho, Villafaina es propietario de un chiringuito en Torremolinos y asegura que ayer domingo tenía "bastantes reservas". "No estamos pudiendo utilizar la terraza por el mal tiempo pero el interior sí lo tenemos lleno", añade.

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