Campanillas, inundada tras desbordarse el río: "Hemos pasado miedo"
Vecinos trabajan para recobrar la normalidad y expresan su incertidumbre ante la situación de la presa de Casasola, aunque destacan que de momento la riada ha sido menos destructiva que la de 2020
Campanillas inundada tras las lluvias provocadas por la borrasca 'Laurence'
Los vecinos de Campanillas que viven junto al río tienen más que presente que pueden vivir una inundación eventualmente. Y eso es, de hecho, lo que ha ocurrido este martes en barriadas como Santa Amalia o El Brillante, anegando las calles, tras desbordarse el río que comparte nombre con esta población. Algo que ha tenido lugar después de que las fuertes precipitaciones de las últimas semanas hayan elevado el acumulado de la presa de Casasola, que regula este cauce, por encima de su capacidad máxima teórica, ante lo que se encuentra vertiendo el excedente al exterior por los aliviaderos, puesto que no hay posibilidad de hacerlo, ni de haberlo hecho días atrás, por los desagües de fondo al haber quedado taponados de fango y otros elementos propios de los entornos fluviales.
Al filo de las 10:00 las sensaciones en el distrito son contradictorias. Por un lado, existe cierto alivio de que esta vez la cosa no haya ido hasta el extremo, como sí ha ocurrido otras veces; por otro, los vecinos expresan inquietud por la situación de la presa (y lo que su estado actual podría provocar en el hipotético caso de que siga lloviendo con fuerza), puesto que se trata de una infraestructura clave para la laminación de avenidas.
Cabe añadir que la Junta de Andalucía ya movió ficha en materia de prevención este lunes por la tarde, ordenando el desalojo de más de 370 viviendas de zonas cercanas al río como La Isla, La Perla y La Hacienda; lo que ha hecho que los residentes hayan pernoctado en casas de familiares y amigos, al tiempo que otros se quedaron en las plantas altas de sus viviendas o acudieron al pabellón polideportivo de Ciudad Jardín, habilitado para acogerlos, para después ser derivados a las instalaciones del Seminario. A estas medidas se sumó la suspensión de las clases en dos centros educativos: el CEIP Francisco Quevedo y el IES Torre del Prado.
Una de las residentes que ha pasado la noche en Campanillas es Loli Medina, quien la ha vivido "angustiada y agobiada". "No he dormido nada pensando en todo lo que podría pasar", cierto es que, según su experiencia, no ha llovido tanto como para temerse lo peor. Pero su desvelo no lo ha provocado este fenómeno meteorológico, sino el estado del cauce, que ha llegado al nivel rojo (el mayor de los tres estados de alerta posible) con más de cinco metros de altura y a unos centímetros de su máximo histórico durante esta madrugada, acorde a la información de la red Hidrosur.
"En mi calle, por suerte, el agua se ha quedado esta vez al filo del bordillo; hay dos escalones más para acceder, entonces tenía cierto margen, pero el susto nos lo hemos llevado". Además, asegura Medina, el caos matutino en que se ha visto sumido el distrito ha hecho que los efectivos desplegados en la zona no hubieran pasado aún por el entorno de su domicilio. "He tenido que bajar a levantar mi propia alcantarilla", expresa con cierta indignación.
Menos suerte han corrido otros vecinos, que sí que han visto cómo sus garajes y plantas bajas han quedado anegadas, un contratiempo que intentan solucionar lo antes posible. "A ver si acabamos pronto. En la anterior riada, en 2020, nos pasó lo mismo", asegura Maica Pérez, que se ha trasladado allí para echar una mano a sus allegados.
Esta imagen, la de las avenidas que recorren esta población colmadas de agua y lodo, se ha repetido en puntos como la calle Cristobalina Fernández y José Calderón - El Boni (entre otras), ante lo que se ha optado por desviar la circulación hacia la autovía A-357.
De esta manera, transitar por el distrito en coche y, más en concreto, acceder a él se ha convertido en una tarea complicada para los conductores esta mañana, que no han tenido más remedio que armarse de paciencia, por las largas retenciones. Horas antes, durante la madrugada, la Policía Local actuó para rescatar a una mujer que había quedado atrapada en su vehículo en la calle Fedra.
También se ha visto afectado el consultorio médico, que da servicio a más de 20.000 personas, que ha tenido que suspender su actividad presencial ante la dificultad de acceder a él por carretera.
Los profesionales, ha indicado la Junta, realizarán atención telemática y aquellos pacientes que necesiten atención presencial no demorable podrán acudir al consultorio de Maqueda, o bien recibir la atención necesaria en los centros de salud de Málaga capital más cercanos, como son los de Cártama, Teatinos, o Tiro Pichón. En cuanto a las urgencias, el centro de salud más cercano con este servicio es el de Cruz de Humilladero.
Una vez se haya restablecido el acceso al centro, se podrán valorar los daños ocasionados por el agua, iniciándose la reparación de las estructuras y sustitución del material dañado a la mayor brevedad posible, ha informado la Junta.
Un sobresalto, en definitiva, del que el distrito tardará en recuperarse. "Esta noche la he pasado con cierta preocupación, más que nada porque temíamos que fuera a entrarnos el agua porque vivimos relativamente cerca del cauce. Hemos pasado mucho miedo", relata Francisca Amores, residente en la zona de Huertecilla de Mañas, que describe la madrugada como "de todo menos tranquila".
"Pusimos parapetos en la puerta para que el agua no entrase, cosa que en caso de avenidas grandes no funciona, pero bueno", afirma para a continuación sacar otro tema: el de la limpieza de los cauces, que ya salió a relucir con las danas del pasado año. "Entre cañas, eucaliptos y la maleza que se cría en las veras... si se limpiase más habría menos problemas", afirma Amores mientras echa un vistazo al descenso del río desde el puente. Igual que ella, han sido muchos los vecinos que se han acercado hasta aquí para interesarse por su caudal, sacar fotos y compartir sus impresiones.
Una preocupación que surge cada vez que llueve con más fuerza de lo habitual, toda vez que la obra de encauzamiento del Campanillas, que paliaría en gran medida las inundaciones, sigue sin llegar 20 años después de que se pusiera sobre la mesa por primera vez.
También te puede interesar
Lo último
CONTENIDO OFRECIDO POR SÁNCHEZ ROMERO CARVAJAL
Contenido Patrocinado
CONTENIDO OFRECIDO POR AMAZON