El campo necesita rejuvenecerse

La crisis económica ha vuelto a atraer a la gente joven, que busca una salida desesperada para no seguir engrosando las listas del paro, al campo malagueño. La mano de obra en la agricultura ha sufrido en los últimos años un llamativo rejuvenecimiento y un trabajo, que antes pocos querían hacer, se ha convertido en una opción cada vez más elegida. Pero la titularidad de las explotaciones sigue estando en manos de gente de edad mucho más avanzada y, si no se incentiva, el sector seguirá envejeciendo en los próximos años poniendo en peligro un necesario relevo generacional.

Ni siquiera la crisis de los últimos años ha hecho que esta situación se haya invertido de forma apreciable. La prueba está en que, según los datos de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) de Málaga, en la provincia alrededor del 58% de los agricultores propietarios de una explotación agraria tienen más de 55 años y un 24% superan los 65. Los jóvenes de menos de 35 años que están al frente de una finca dedicada a cualquier tipo de cultivo aún son pocos en la provincia y apenas representan el 6,8% del total. Estos datos evidencian, aseguró Carlos Carreira, veterinario y técnico de Asaja, que el sector agrícola "está totalmente envejecido porque es muy difícil que los jóvenes en estos momentos puedan asumir la importante inversión que supone poner en marcha la explotación de una finca".

Entre 100.000 y 200.000 euros de media es necesario invertir para echar a andar una explotación agraria bajo el sistema del arrendamiento según el tipo de cultivo y el número de hectáreas, una cantidad que sin ayuda externa resulta casi inalcanzable para la mayoría.

Las subvenciones se han convertido para los jóvenes emprendedores en casi la única salida y en el seno de la Política Agrícola Común (PAC) de la Unión Europea este año se han convocado, después de un año de paréntesis debido a la situación económica actual, unas ayudas específicas para la primera instalación que contribuirá a cumplir más de un sueño. Desde el pasado 9 de julio y hasta este próximo viernes, todas aquellas personas menores de 40 años que quieran poner en marcha su propia explotación podrán optar a estas ayudas que pueden llegar hasta los 40.000 euros a fondo perdido y otros 40.000 euros para el pago de intereses de préstamos, aunque está la opción de solicitar una combinación de ambas por un importe máximo de 70.000 euros.

Eso sí para poder solicitar estas ayudas -financiadas por la Unión Europa, el Gobierno central y la Junta de Andalucía- deben cumplir a rajatabla una serie de requisitos, como tener cumplidos los 18 años y ser menor de 40, poseer el nivel de capacitación profesional suficiente, presentar un plan empresarial que garantice la viabilidad económica de la explotación, no haber sido titular de ninguna anteriormente y comprometerse a ejercer la actividad agrícola durante al menos cinco años.

Hasta la fecha, y según los datos de Asaja, ya se han presentado en torno a una veintena de solicitudes para optar a las ayudas convocadas para este año. La mayoría de estas subvenciones se destinarán a la puesta en marcha de explotaciones de olivar, aseguró Carreira, aunque también se han presentado algunas para la cría de ganado caprino e incluso para una granja de caracoles.

La mujer va ganando terreno en el campo y en torno a un tercio de los futuros agricultores y ganaderos, que pretenden acogerse a estas ayudas, han sido solicitadas por ellas.