La Cofradía del Santísimo Cristo de la Clemencia de Málaga, conocida como El Mutilado, se ha desmarcado de la polémica desatada por el estandarte franquista que ha sacado esta Semana Santa en procesión y por las declaraciones de su portador defendiendo "la grandeza de Franco", contra el que no descarta tomar acciones legales.

El pasado Sábado de Pasión, la hermandad exhibió en una procesión un estandarte que tiene bordado el escudo con el águila franquista, acompañado del lema "Una grande libre", y en su interior aparece la inscripción "Franco. 18 julio 1936", fecha del golpe de Estado con el que comenzó la Guerra Civil.

Por estos hechos, la Subdelegación del Gobierno en Málaga abrió un expediente informativo, que remitirá a la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, para determinar si con la exhibición de dichos símbolos se vulneró la Ley de Memoria Democrática.

A esta polémica se han sumado las controvertidas manifestaciones que ha hecho este sábado el portador de dicho estandarte, Fernando Javier Olea, que se presenta como delegado de organización en Málaga del sindicato Solidaridad, vinculado a Vox.

En su perfil de la red social X, ha escrito: "Con Pedro Sánchez de ejemplo, es muy sencillo comprender la grandeza de Franco. Un privilegio y honor portar el estandarte junto a mis compañeros de la Cofradía del Santísimo Cristo Mutilado (por los correligionarios del odio, la izquierda española, la de 'arderéis como en el 36)".

El escrito va acompañado de dos fotografías del estandarte franquista, en una de las cuales aparece él sosteniéndolo a cara descubierta y con el hábito nazareno.

La hermandad de El Mutilado se ha pronunciado este sábado por primera vez sobre esta controversia y, a través de un comunicado, "se desmarca, de manera rotunda, de cualquier opinión expresada por sus hermanos y de cualquier manifestación política".

Recuerda, además, que el hábito nazareno permite guardar el anonimato frente a Dios y que queda "terminantemente prohibido" la asistencia a la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús vistiéndolo, así como la publicación de imágenes particulares de nazarenos a medio vestir", como es el caso de Fernando Javier Olea.

La hermandad asegura que se reserva el derecho de tomar "las acciones legales o canónicas que estime necesarias en cuanto al rompimiento de sus santas reglas y al uso indebido de sus símbolos, patrimonio y hábito nazareno, con la intención de ligarlos a cualquier manifestación política o de otra índole ajena a la religiosa".

Respecto al debate que suscitó la exhibición del estandarte con el escudo franquista, la cofradía explica que muchos de sus elementos patrimoniales "cuentan con más de tres cuartos de siglo de antigüedad" y que tanto el diseño, como la iconografía y las técnicas son propios de esas décadas.

"En la actualidad figuran tan solo como elementos patrimoniales e históricos, sin ninguna simbología más allá de la religiosa", subraya la cofradía.

Afirma asimismo que lleva trabajando varias décadas en la actualización, restauración y adecuación de su patrimonio "con el fin de ceñirlo, de manera exclusiva, a lo estrictamente religioso