Vivienda

El lado negativo del crecimiento de Málaga: Dificultad para acceder a una vivienda y precios disparados para la población local

Vista aérea de Málaga capital.

Vista aérea de Málaga capital. / Javier Albiñana (Málaga)

Málaga está creciendo a pasos agigantados. Lidera el aumento de población en España, el saldo migratorio interprovincial y está atrayendo a multitud de empresas multinacionales, medianas y pequeñas, lo que está permitiendo a su vez el nacimiento, desarrollo y consolidación de muchas firmas locales que se están haciendo un nombre a escala española, europea y mundial. Están viniendo miles de personas a Málaga a trabajar procedentes del extranjero y de otros puntos de España y eso, en principio, demuestra el dinamismo de la capital y del resto de la provincia.

Pero, como todo en la vida, ese impulso también tiene sus consecuencias negativas y la más palpable es la dificultad para acceder a una vivienda para la población local. Hay más demanda que oferta, por lo que el precio sube, dejando fuera del mercado a todo aquel que no pueda pagarlo, especialmente los jóvenes, las personas en situación de vulnerabilidad social y las clases medias pues el salario medio en Málaga, según los datos de la Agencia Tributaria, es de apenas 16.000 euros anuales. Con ese sueldo no se puede comprar prácticamente ninguna casa en Málaga capital e incluso es también casi imposible alquilar en solitario. 

El Observatorio de Medio Ambiente Urbano (OMAU), dependiente del Ayuntamiento de Málaga, ha publicado su último informe sobre el mercado inmobiliario de la provincia con datos relativos al segundo trimestre de 2022 y va en esta línea. Advierte de que se están ofertando "tipologías y precios de vivienda para un segmento de niveles de renta muy por encima de la renta media de la ciudad. Ello ha ido creando cada vez en mayor medida una ciudad dual, aquella en la que con esfuerzos se puede acceder aún a la compra o el alquiler de una vivienda, y la paralela que no está destinada para los residentes de Málaga, sino para inversores externos o simplemente compradores de otras zonas de España o Europa que consideran una buena inversión la compra de un inmueble en la capital de la Costa del Sol".

Los inversores llevan varios años apostando por el mercado inmobiliario en Málaga porque es rentable, tanto desde el punto de vista turístico como residencial. Proliferan la reforma de edificios antiguos para alquilarlos como viviendas turísticas y cada vez hay más proyectos para levantar viviendas en venta o alquiler. El OMAU pone un ejemplo claro. Málaga capital tenía 14.885 plazas turísticas en 2015 -incluyendo hoteles, apartamentos turísticos y viviendas- y ahora tiene 54.685. Y el mayor crecimiento se ha producido en las viviendas. 

El precio se ha disparado en todos los barrios de la capital e incluso en los municipios cercanos. En el último año lo ha hecho en un 8,2% en Málaga capital, con 3.500 euros de media por metro cuadrado, pero, según los datos del OMAU, también lo ha hecho un 32% en Torremolinos, un 4,3% en Benalmádena, un 4,5% en Fuengirola, un 6,5% en Mijas, un 10% en Marbella, un 6% en Rincón de la Victoria o un 3% en Alhaurín de la Torre. 

Así, por tanto, es difícil comprar un piso en cualquier sitio. "Esta situación esta dificultando aún más el grave problema del acceso a la vivienda de una parte considerable de la población de Málaga, que tiene que sumar a otros municipios españoles el factor mediterráneo donde se agudizan estas cuestiones del mercado inmobiliario. Con algo más del 20% de las personas de la ciudad en situación de vulnerabilidad social, con un porcentaje de desempleo similar, y una renta familiar que supone el 80% de la media española no parece que estemos en el paraíso deseado que tanto se vende en los últimos tiempos", recalcan desde el OMAU. 

Desde este observatorio subrayan, como ha incidido este diario en otros artículos, en la huida de población del Centro de Málaga hacia otros barrios de Málaga y municipios del área metropolitana simplemente porque no pueden pagar los precios que se piden en el Centro. "El continuo aumento de precios de la vivienda, tanto en compra como en alquiler, está suponiendo además el traslado de un número considerable de población residente hacia el área metropolitana de Málaga, lo que puede ser considerado una situación de gentrificación a gran escala, o lo que es lo mismo un proceso substitución de la población original residente por otra nueva con mayores recursos", explica el informe. 

En el Centro histórico de Málaga viven ahora 3.000 personas menos que hace 40 años y la tendencia es a la baja. Pero no solo hay salidas del centro sino también de otros barrios principalmente a municipios del área metropolitana como Rincón, Torremolinos, Cártama, Alhaurín de la Torre o Alhaurín el Grande. "No solo se van abandonado las zonas centrales, sino que es una situación bastante generalizada en el conjunto de la ciudad. El 24,5% de Pedregalejo, el 27,1% de El Limonar, el 34,9% de Parque Clavero o el 23,3% de La Caleta, posiblemente personas que se van emancipando de la casa paterna con un cierto nivel de renta, tienen que buscar vivienda en otro municipio. Y ente sentido se aprecia el mismo movimiento en otros barrios de niveles económicos más limitados como la Virreinas 39,4%, Palma-Palmilla 22,3%, Nuevo San Andrés 16,1%, La Paz 27,5% o la Luz 20,0%", dice el informe. 

Málaga es un polo de atracción y, como en el resto de grandes ciudades, eso implica que vivir en la ciudad es automáticamente más caro, generando problemas de cohesión social entre los malagueños y los foráneos o las personas más adineradas que sí pueden pagar los precios por las viviendas que se están haciendo, por ejemplo, en la zona oeste de Málaga. "El supuesto empuje de Málaga tiene diversos claroscuros, entre los que el acceso a la vivienda y la cohesión social que impida el desplazamiento/substitución de parte de su población por nuevos residentes. El desplazamiento hacia otros municipios se ha realizado desde hace años en una cada vez mayor estructura metropolitana de Málaga, necesitada de infraestructuras de transporte público rápidas y eficientes, pero como en otros ámbitos debería ser equilibrado y no suponer un éxodo", afirman desde el OMAU.

Hay que hacer viviendas a precios asequibles para venta o alquiler para intentar ajustar oferta y demanda y contener el precio. Pero, por ahora, hay más interés del sector privado que del público. Además, según señalan desde el OMAU, "la lenta gestión de la nueva Ley de la Vivienda, a la que todavía le queda toda su tramitación parlamentaria, sumada a la falta de interés en buscar soluciones eficientes para garantizar el acceso a la vivienda, principalmente en alquiler, pero también en compra, y las incógnitas sobre la regulación del mercado de alquiler, no abren demasiadas esperanzas". 

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios