¿Cuánto cuesta la Sanidad?
Ir al médico cuesta dinero. Y mucho. Aunque la atención sanitaria es universal y la gran mayoría de la población pertenece a la Seguridad Social, y por tanto tiene atención médica gratuita, acudir al centro de salud, ser trasladado en una ambulancia o recibir cualquier tratamiento médico tiene un precio y un coste para la administración.
El SAS tiene tasados todos los servicios médicos que se prestan en centros de salud, hospitales, centros de transfusión sanguínea y transporte sanitario. Un precio que en realidad sólo cobra a personas sin derecho a la atención por pertenecer a una compañía privada y también en aquellos supuestos en los que exista un tercero obligado al pago de la asistencia (accidentes laborales). También en accidentes de tráfico, aunque en este caso los precios cambian.
Atendiendo a estos precios se puede hacer una estimación de lo que gasta el sistema en atención sanitaria y de lo que costaría a la población recibir tratamientos en caso de que hubiera otro modelo distinto. Y las cifras son millonarias en ambos casos. Porque vamos mucho al médico. Los españoles acuden una media de ocho veces al año a un centro sanitario, un 40% más que el promedio de la Unión Europea. Y a las Urgencias más todavía, por lo que es raro el día que no están llenas, igual que las consultas del médico de familia. Más de 2.300 personas acuden al día a Urgencias en la provincia. Y se calcula que más de la mitad son consultas leves que se podrían evitar.
Si tuviéramos que pagar el precio calculado por el SAS de cada procedimiento, por cada visita al médico de familia habría que abonar casi 18 euros, por consulta al especialista unos 60, por cada visita a urgencias un mínimo de 144 (aunque podría llegar a los 400) y por un traslado en ambulancia, 165.
Según los últimos datos de actividad publicados en la web del Servicio Andaluz de Salud -correspondientes al año 2006-, sólo en Urgencias se gastan unos 461.200 euros al día (contando como cantidad media los 200 euros ya que una consulta simple cuesta 144 euros y una que requiera estancia en Observación, 400) entre los seis hospitales de la provincia, que ese año atendieron 841.807 urgencias. Al año, serían 168.361.400 euros.
Y se puede seguir contando. Al año se atienden 1.859.002 consultas externas (la mitad primeras consultas y el resto revisiones) que suponen un coste de 156.806.819 euros. Otra de las atenciones principales en los hospitales son los partos. En Málaga hubo en 2006 un total de 14.525, que suponen un gasto según estos precios públicos de 30.451.635 euros (10.026.936 en cesáreas y 20.424.699 en partos siempre que no haya complicaciones). Por su parte, los abortos y legrados sumaron 2.797.652.
Y sigue. En las 85.470 operaciones realizadas en la provincia en ese año se gastaron unos 256.410.000 euros (el precio medio supera los 3.000). Y en las casi 770.000 estancias hospitalarias, calculando a 495 euros la estancia, la cifra ascendería a 381.150.000 euros. También están los trasplantes, con un gasto ese año que superaría los 10 millones...
Todo esto supondría un gasto anual en atención sanitaria en los hospitales de la provincia de más de 1.000 millones de euros. El resultado de la suma marea y eso que no incluye la actividad en los centros de salud ni de especialidades, que no se han contabilizado todos los procesos asistenciales ni miles de pruebas diagnósticas y que las tarifas corresponden a 2005. En el caso de que se considerara al SAS una empresa que vendiera sus servicios, supondría un ingreso de más de mil millones como mínimo.
Más del 90% de la asistencia del SAS no se factura. Es gratis para los usuarios. Pero no para todos. El director económico-administrativo del Hospital Carlos Haya, Diego Sánchez, aclara que la legislación nacional y andaluza recoge otros casos -una minoría- en los que sí hay que pagar la atención. "Existen supuestos legales en los que hay que facturar la asistencia y se factura. El sistema sanitario es universal y gratuito, pero el que tiene que pagar, paga", sostiene.
Entre los casos facturables hay dos bloques. Uno, que se liquida según los precios públicos fijados en 2005 por una orden de la Junta de Andalucía (ver tabla). En este apartado entran los accidentes laborales, cuyo coste lo debe abonar la mutua. La asistencia a una persona con compañía privada también se liquida según estos precios y la factura corre por cuenta de esta empresa. Si se trata de un extranjero, bien puede facturarse a su aseguradora o entra dentro de la compensación con otros estados comunitarios que a su vez atienden a los españoles. El segundo bloque es el de los accidentes de tráfico, que se facturan según los precios consensuados entre los servicios de salud de toda España y la Unión Española de Entidades Aseguradoras (Unespa).
De las liquidaciones realizadas el año pasado por el Hospital Carlos Haya, el 30% correspondieron a extranjeros, otro tanto a particulares con compañías de seguro médico, un 18% a aseguradoras por accidentes de tráfico y un 17% a mutuas por siniestros laborales.
En Andalucía, para facilitar estas facturaciones se utiliza un sistema, el de los Grupos Relacionados por Diagnóstico (GRD). Estos GRD son códigos que incluyen los procesos completos desde el ingreso hasta el alta de atención al paciente. Hay más de 500. "Este sistema de GRD lo inventaron en América para que las aseguradoras pagasen a los hospitales. Cada episodio del hospital da un GRD que tiene calculado un coste medio de la prestación sanitaria. Andalucía fue la primera comunidad del país que calculó los costes por GRD", explica el subdirector de Control de Gestión del Hospital Virgen de las Nieves (Granada), José Luis Navarro. En el caso de los accidentes de tráfico se factura por estancias. Así, los cuatro primeros días se pagan a 418 euros el día y a partir de entonces, a 375 euros el día. Si la estancia es en la UVI, el precio sube a 770 euros el día.
En definitiva, lo que hace el SAS es traducir toda la actividad que hacen los hospitales a puntos GRD en función de su complejidad para fijar su coste. Después, el centro sanitario emite una liquidación por Hacienda para que la aseguradora pague. Ese dinero va a Servicios Centrales del SAS, que lo asume como un ingreso más.
Este sistema levantó muchas ampollas entre las compañías privadas ya que los servicios en Andalucía les salen más caros que en otras comunidades. Además, para evitar la picaresca, cuando se realiza un ingreso por un procedimiento se cobra el precio establecido independientemente de que la compañía pida el alta para seguir el postoperatorio en un centro privado. Así se evita que por ejemplo manden pacientes para procesos quirúrgicos o pruebas costosas y que luego paguen menos si fuera por estancia.
En los hospitales el servicio que más se presta dentro de los pacientes sujetos a facturación son los procedimientos traumatológicos por los accidentes de trabajo y las Urgencias. Pero la amplísima mayoría de la asistencia es gratuita, aunque tiene un coste para el sistema. Debe recordarse que si tuviéramos que pagar, sólo cada consulta con el médico de cabecera o el pediatra nos costaría 18 euros. Estos datos merecen una reflexión para que se tome conciencia de en qué medida se reciben unas prestaciones costosas y cómo se utilizan los recursos asistenciales. En un sistema sanitario privado, la atención médica arruinaría a cualquier familia. Pero tenemos la suerte de tener un sistema universal y gratuito.
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